jueves. 28.03.2024

A cuatro días del terremoto de 8,8 grados Richter que causó 802 muertos, una cantidad aún indeterminada de desaparecidos y millonarios daños en infraestructura, los chilenos repiten una y otra vez que este seísmo, calificado por las autoridades como el más grande de la historia republicana de este país sudamericano, que justo en 2010 cumple 200 años, ha dejado a la nación prácticamente en el suelo, pero que, como ha ocurrido en otras ocasiones, Chile se volverá a levantar. Son 16 los millones de chilenos que intentan retomar el rumbo de sus vidas.

Emotivos testimonios de algunos de los dos millones de damnificados por el terremoto dan cuenta de que la mayoría siente que "tenemos las manos buenas y trabajaremos para reconstruir y recuperar lo que hemos perdido", al tiempo que lo que más valoran es haber salvado con vida. Y todos, en mayor o menor medida, intentan volver a la normalidad.

Este miércoles, supermercados, bancos y grandes tiendas comenzaron a atender público de manera normal en la capital, Santiago, así como en otras ciudades aledañas a las del epicentro, donde todos coinciden en que pasarán varios meses, quizá años, para que todo vuelva a estar como antes.

Los servicios básicos, como agua potable y energía eléctrica, están repuestos casi en un 90 por ciento, así como la telefonía fija y móvil, aunque con breves intermitencias causadas por las réplicas. Ya funcionan también cajeros automáticos y se pueden realizar pagos electrónicos con tarjeta de débito y de crédito.

En Santiago, donde se registraron medio centenar de muertos y 1.500 casas resultaron destruidas, uno de los hechos más significativos es la férrea vigilancia policial en los comercios, destinada a impedir cualquier intento de saqueo o pillaje, como ha ocurrido en las ciudades del epicentro.

Ya asegurado el abastecimiento de combustible, este miércoles, por primera vez desde el terremoto, desaparecieron las largas filas de automóviles en las estaciones de servicio para cargar el entonces preciado elemento que garantiza el transporte.

Exceptuando las dos regiones donde se registraron los mayores daños, en el resto del país el transporte público funciona con regularidad y en Santiago se ha repuesto el servicio del Metro. Oficinas públicas y del sector privado ya reciben a sus funcionarios, aunque en jornadas más breves mientras pasa la emergencia.

Los chilenos se han sorprendido, sin embargo, con las imágenes de los casi 12.000 militares sitiando, armados y en tanquetas, ciudades como Concepción, Curicó, Talca, Constitución y otras de la zona del epicentro, para impedir la delincuencia.

NORMALIDAD A PESAR DE LA FUERTE PRESENCIA MILITAR

También ha impactado la aplicación del toque de queda en aquellos lugares, medida que marcó a toda una generación ciudadana y que fue aplicada por última vez hace 23 años por Augusto Pinochet, en el epílogo de la dictadura militar.

Pero no hay quejas, nadie considera que han sido medidas exageradas, porque las imágenes de la violencia desatada por turbas que asaltaron establecimientos comerciales en busca de comida impiden cualquier cuestionamiento a la limitación momentánea del derecho a circular libremente por las calles.

Los propios militares están sorprendidos por la reacción de las personas, tal como lo relataba un infante de marina a la televisión estatal chilena, al señalar que "los más humildes, que antes estaban en contra de nosotros, hoy nos apoyan y nos agradecen nuestra presencia", tras ser recibidos con aplausos en los sectores más siniestrados por el terremoto.

El Aeropuerto Internacional de Santiago, que sufrió graves daños, ha reanudado la llegada y despegue de vuelos nacionales e internacionales, y está siendo sometido a urgentes trabajos de reparación. Según el Ministerio de Obras Públicas, en tanto, las carreteras de todo el país ya están operativas, pues se han realizado los desvíos y marcado los caminos alternativos para superar las emergencias causadas por el seísmo en algunos sectores.

Por otro lado, tanto los medios de comunicación como grandes tiendas, bancos, grupos económicos y organizaciones no gubernamentales han comenzado a recolectar la ayuda: ropa, alimentos no perecederos, dinero, materiales de construcción.

Asimismo, organizaciones financieras han anunciado la entrega de créditos blandos y la flexibilización de pagos de deudas a quienes habitan las zonas más amagadas.

Junto al Gobierno, la televisión chilena prepara una gran "teletón" para este viernes, la que se extenderá durante 24 horas y que pretende recolectar unos 22 millones de euros que permitirán construir 30 mil viviendas de emergencia.

Este terremoto, que hoy registró réplicas de hasta 6 grados Richter que causaron pánico en la población de la zona centro sur, hizo olvidar también que este miércoles se cumplieron 25 años de otro seísmo de 8 grados Richter que, el 3 de marzo de 1985, dejó 177 muertos y muchas ciudades devastadas.

16 millones de chilenos afectados por el terremoto