viernes. 29.03.2024

El acusado de asesinar a su compañera sentimental en septiembre de 2008 en Marratxí, Hermenegildo F., aseguró hoy en su declaración ante el tribunal del jurado que la muerte de su pareja se debió a la paliza que recibió en el poblado de Son Banya por un ajuste de cuentas por parte de miembros del clan de La Paca, una nueva versión que ofreció en el juicio porque hasta el momento "no les quería delatar".

   "Ya puedo hablar porque el clan de La Paca, una familia que era muy peligrosa, ya es historia", puso de manifiesto el acusado para justificar el silencio mantenido hasta ahora sobre la autoría de los golpes que recibió Laura G. y que provocaron su muerte. "Yo no le pegué, no le puse una mano encima, y sería absurdo haberle pegado con un mando a distancia", subrayó con contundencia el reo, todo ello pese a que su propia defensa afirma que Hermenegildo F. perdió el control tras una discusión mantenida con su compañera sentimental y que "su intención no era acabar con su vida".

   En su comparecencia ante el jurado, presidido por Mónica de la Serna, y a preguntas de la fiscal Concepción Ariño, el acusado explicó que los hechos se remontan al robo de 180.000 euros en billetes falsos a un conocido por parte de su pareja, parte de los cuales los gastaron en droga durante unos cuatro meses en Son Banya y el resto "acabó en la basura porque nos trajo problemas". "Lo colábamos perfectamente en el poblado hasta que se descubrió que pagábamos con billetes falsos" y fue Laura G. quien acabó siendo agredida.

   Así, la noche del 13 de septiembre de 2008 Laura G. acudió en moto hasta Son Banya "y trajo ocho o nueve gramos de cocaína, y como sobre las 05.30 de la madrugada se nos acabó, le dije que fuera a por dos o tres gramos más". Fue entonces cuando dos mujeres del poblado, "una mayor y otra 'yonkie' le dieron una buena", y regresó a casa acompañada por dos sicarios colombianos que "me hicieron ponerme de rodillas y me amenazaron con matarme a mí y a mi familia si no le daba 36.000 euros por habérselo colado con billetes falsos". Y es que, según apuntó, en Son Banya "ya no hay gitanos, sino sudamericanos que venden droga".

   "Me dieron dos guantazos bien dados pero les dije que no les había pagado con esa cantidad", recordó Hermenegildo F., quien apuntó que además propinaron un fuerte golpe a su pareja con la culata de la pistola. "Todo pasó muy rápido", justificó el inculpado, recordando que tras lavarse ella las heridas y él "aguantarle una manguera, nos acostamos, porque llevábamos dos días 'de fiesta consumiendo'. Le preparé las dos últimas caladas porque le apetecía fumar, por lo que pensé que no estaba tan mal, aunque le dolía la barriga pero no para que se muriera", prosiguió.

   Fue al despertar cuando se percató de que su compañera había fallecido y "quedé alucinado". "Me volví loco e intenté reanimarla, la puse en el suelo y le oprimí el pulmón, pero no respiraba", relató el acusado, recordando que en ese momento fue cuando los hematomas provocados por la paliza se hicieron más visibles. De inmediato, dijo, llamó a su padre y éste le instó a llamar a la Policía. "Salí en busca de los agentes y les dije que mi mujer estaba muerta en la cama", tras lo cual y después de las comprobaciones oportunas, fue detenido.

"EL CADÁVER DE UNO DE LOS SICARIOS ESTÁ EN UN SOLAR DE MARRATXÍ"

   Al término de su comparecencia, el acusado señaló que ha sido este fin de semana cuando se enteró por mediación de uno de los internos de la cárcel de Palma, en la que está ingresado de forma preventiva desde que fue arrestado, de que uno de los sicarios colombianos ha fallecido y de que su cadáver está enterrado en un solar situado en frente de la puerta de un conocido 'after hours' de Marratxí.

   En concreto, la Fiscalía le acusa de un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, por el que solicita 22 años de prisión, mientras que una pena más elevada es la que pide la acusación particular en nombre de la familia de la víctima (25 años de cárcel). También está personada la Abogacía del Estado como acusación popular.

   Al contrario de lo defendido por el acusado, la Fiscalía postula en un duro escrito de calificaciones provisionales que comenzó a golpear a Laura G. en un garaje de la calle Can Barrera de Es Figueral. La víctima, que se encontraba con sus facultades físicas mermadas por la ingesta de cocaína, marihuana y otras sustancias, no pudo repeler la agresión mientras su pareja le propinaba patadas y puñetazos con el fin de acabar con su vida, y sirviéndose de algún objeto contundente, le causó numerosos hematomas y contusiones debido a la virulencia de los golpes.

   Sin embargo, con el objetivo de provocarle un mayor padecimiento, Hermengildo F.S. la tuvo tumbada en el suelo del garaje, boca abajo, haciéndole presión en la espalda, y colocándose encima de ella le produjo la fractura de las costillas. La acusación detalla que la víctima, que tenía un hijo menor de edad, comenzó a sufrir insuficiencia respiratoria aguda y al tener una opresión sobre el tórax, murió finalmente asfixiada por sofocación.

El acusado de asesinar a su pareja en Marratxí culpa de la muerte al clan de La Paca