viernes. 29.03.2024

“Es más fácil estudiar una carrera que convencer a la sociedad de que las personas con síndrome de Down podemos hacer una vida normal, por eso he convertido mi discapacidad en un sí, puedo”. Así lo ha asegurado Pablo Pineda ante casi 1.300 jóvenes en el primer Congreso de Jóvenes ‘Lo que de verdad importa’, celebrado en Palma, bajo la presidencia de honor de Rafa Nadal.

Pineda es el primer europeo con síndrome de Down que obtuvo una carrera universitaria y que, además, consiguió el año pasado la Concha de Plata en el Festival de Cine de San Sebastián por su interpretación en la película ‘Yo, también’.

En este sentido, ha explicado que el mayor obstáculo al que debe enfrentarse una persona con síndrome de Down es la incomprensión de la sociedad que “no entiende nuestro lenguaje, deseos, necesidades y preocupaciones”. En su opinión, “no se suele pensar que las personas con discapacidad tenemos el mismo interior y la incomprensión nos lleva a la soledad”.

Este psicopedagogo se declara inconformista, con afán de superación en todo momento, “siempre quiero más y nunca me doy por vencido porque tengo un gran espíritu de lucha”, asevera. “Creo que con optimismo me puedo enfrentar a cualquier reto”.

Durante su intervención, ha destacado el poder que tienen los jóvenes. “Somos la piedra del futuro, por lo que tenemos que luchar contra las injusticias, unirnos y conseguirlo”. “Me gusta participar en este Congreso por poder compartir mis experiencias con jóvenes con valores”, ya que “tenemos la oportunidad de hacer que este mundo sea mucho mejor y para eso nos tenemos que esforzar por conseguirlo”, ha continuado.

Pineda defiende la normalidad y lucha para que todas las personas con discapacidad intelectual se integren en la sociedad. Así, habla de la superación en este campo y asegura que “nadie debe conformarse con saber, sino que debe siempre querer saber más”.

Sus padres le criaron como a un hijo más, no como a una persona con discapacidad. Según Pineda, “así se comienza la lucha, con esfuerzo y superación”, ya que “las personas con discapacidad estamos ahí aunque no se nos vea lo suficiente y debemos recordar que la diversidad es buena y la homogeneidad aburre”.

En este sentido, ha asegurado que “está demostrado que las personas con discapacidad somos competentes, pero es necesario que estas personas sepan que pueden hacer lo que se propongan y la familia debe dar su apoyo”.

No me gusta el término discapacitado porque “todos tenemos alguna discapacidad, algún sueño u objetivo inalcanzable”. Sin embargo, para Pineda las palabras tan sólo son palabras y lo realmente importante no es el lenguaje que se utilice, sino la actitud en el trato hacia estas personas. Hay que cambiar la mentalidad, asegura, “ahora sobran las palabras y falta actitud”.

Sobre su futuro, Pineda ha asegurado que le gustaría ejercer de profesor, “mi futuro no está en el cine”, asevera, “la fama es algo volátil y no quiero vivir del éxito sino ser útil y trabajar como cualquiera y luchar por lo que creo”.

“Mi labor culminará cuando el síndrome de Down no sea noticia porque se haya normalizado y tenemos los mismos derechos”, ha concluido.

La idea original de este encuentro surgió hace cuatro años, cuando llegó a manos de María Franco, presidenta de la Fundación Lo que de verdad importa, el diario personal donde Nicholas Forstmann, enfermo de cáncer, escribió sus últimas reflexiones sobre las cosas que de verdad importan en la vida.

Pablo Pineda: "He convertido mi discapacidad en un sí, puedo"