jueves. 28.03.2024

Los veteranos del RCD Mallorca han sido la revelación del campeonato y ante todo pronóstico los de Pep Jaume, tras superar al Barcelona en el partido de vuelta de semifinales por 11-14 consiguen el puesto de finalistas. La final será el próximo día 17 de Junio en el Pabellón de la Arena (Gijón) a las 20:45 horas ante el Real Sporting, que también se metía en la final al apear al Real Betis.

Dos equipos como Barcelona y Mallorca, que han demostrado su enorme fortaleza a lo largo del campeonato, se veían de nuevo las caras en la vuelta de las semifinales. Los barcelonistas, eso sí, lo hacían con el gol de ventaja que se habían traído hace una semana de la isla, mientras que los mallorquinistas se enfrentaban al mejor equipo de la Liga con la impaciencia lógica por conocer su destino, que antes de empezar el partido era de color de rosa, porque un gol en este deporte no es diferencia.

Fue el Mallorca el que empezó fuerte, como el día de Bilbao, en el que se vio a uno de los mejores equipos de la competición. Su fútbol era perfecto, con una defensa que era un muro para los barcelonistas y con unas llegadas absolutamente vertiginosas que Angoy no conseguía atajar. Así el marcador se fue rápidamente hasta el uno a tres a favor de los visitantes sin que los jugadores del Barça pudieran remediarlo. El Mallorca era una apisonadora que no daba un respiro a los blaugrana. Cierto es que los catalanes lo intentaban y tenían el control del balón, pero en la portería mallorquinista estaba Molondro, un porterazo, que atajaba todo lo que le llegaba.

Pep Jaume sabía lo que tenía que hacer y así se lo había dicho a sus hombres. Fuerte defensa y muy juntos para recuperar el balón y salir a la contra. Así llegaron los primeros goles y los que vendrían a continuación porque la ventaja se amplió incluso a los cinco tantos, con un marcador que reflejaba un uno a seis a favor de los baleares. Habían conseguido sacar de quicio a los blaugrana, que no encontraban de manera clara la forma de llegar a la portería contraria y se lanzaban al ataque intentando acercarse en el marcador, pero conllevaba unos riesgos defensivos que los baleares se encargaron de hacer valer.

Sergi ya no quería descanso, sólo pensaba en jugarlo todo para conseguir un par de tantos antes de irse al descanso y dejar el partido abierto de cara a la segunda mitad. Así, de una buena jugada suya llegó el gol del Pinilla, dejando el marcador en un dos a seis a favor de los visitantes, que demostraron que el traspié del partido de la temporada regular había sido sólo eso, un traspié sin importancia del que se encontraban totalmente recuperados. El partido del Barça no era bueno y en el pabellón se fue la luz quizás queriendo hacer un favor a los suyos, para que tomaran aire y volvieran con más ganas y fuerza.

Pero sucedió todo lo contrario y en la reanudación el Mallorca siguió a lo suyo y en esos dos minutos le dio tiempo a hacer dos goles más, por uno sólo de los blaugrana, que parecieron claudicar ante la superioridad de los bermellones.

Después de dos minutos de descanso la segunda parte empezó igual que había terminado la primera, con goles y más goles. El partió se había vuelto loco y en seis minutos ya se habían visto nueve goles. Un éxtasis que no favoreció al Barcelona, pues cinco de ellos llevaban la impronta balear. En el minuto 36 el marcador reflejaba un 6-11 y el Barça necesitaba cinco goles para, al menos, empatar y poder clasificarse. Los de Pep Jaume habían hecho su trabajo y bien además, por lo que sólo tenían que aguantar el resultado y jugar tocando la pelota, como saben hacer de sobra a pesar del rival que tengan enfrente.

Se echaron tanto atrás que el Barcelona se vino arriba, con juego y con toque, como ellos saben hacer a las mil maravillas. Los baleares se habían replegado en exceso y lo podían pagar caro. Albert Tomás y De Quintana habían puesto a los suyos a dos de la prórroga y querían más. El exjugador del Barça y Toledo había sacado su fusil hacía un tiempo, a la espera de noticias de Ezquerro y Christiansen, que no aparecían en labores goleadoras. Quedaban diez minutos y dos goles seguidos de los blaugrana hacían que se pusieran a sólo uno del tiempo extra, con mucho por jugarse. Los azulgrana seguían en su empeño pero un jugadón de Dorado, con un rápido uno dos se la dejaba franca para que Gálvez se pusiera de tres. Tuvo la oportunidad Carreras en dos ocasiones que se marcharon al larguero. Una, tras un penalti fallado y otra después de una magnífica jugada de Ezquerro pero no era el día y cuando no es no hay nada que hacer.

Engonga mató el partido a un minuto del final y Sergi, el eterno capitán marcó el que le tocaba, pero ya sin opción de poder estar donde se habían merecido por su excelente temporada, en la que no habían perdido ningún partido. Este tuvo que llegar en el momento menos oportuno, cuando todo se decidía, pero los despistes defensivos le dejaron al borde de la esperada final.

El Mallorca por su parte demostró que en este deporte un gol en contra no es nada y si sabes jugar como ellos lo hacen, el resultado puede ser este. Ni más ni menos que plantarse en una final, en su primer año de participación en la competición es mucho decir y eso consiguieron esta noche en Calafell los baleares, que derrotaron al todopoderoso Barça con un fútbol de muchos quilates.

El Mallorca jugará la final de la Liga Indoor