jueves. 28.03.2024

La «Internet de los objetos» (IO) representa un futuro en el que los objetos cotidianos, tales como los teléfonos, los automóviles, los electrodomésticos, las prendas de vestir e incluso los alimentos estarán inalámbricamente conectados a Internet a través de microprocesadores inteligentes, y podrán recoger y transmitir información. La Comisión Europea quiere determinar qué marco se necesita para hacer realidad los beneficios económicos y sociales potenciales que encierra la IO, garantizando, al mismo tiempo, un grado adecuado de control de los dispositivos de recogida, tratamiento y almacenamiento de la información. Se trata de información tal como los hábitos de los usuarios, su lugar de radicación y sus preferencias. La Comisión quiere garantizar el respeto de los derechos de las personas, y emprende, por ello, una consulta pública con plazo de respuesta hasta el 12 de julio de 2012.

En la actualidad, el ciudadano medio dispone de al menos dos objetos conectados a Internet, cifra que se prevé será de siete en 2015, lo que supone, a escala mundial, 25 000 millones de dispositivos de conexión inalámbrica. En 2020 esa cifra podría duplicarse, situándose en 50 000 millones. Ello significa un futuro posible en el que muchos objetos cotidianos estarán conectados. Por ejemplo, si, por causa de enfermedad, un profesor universitario anulara una clase matutina, los despertadores y las cafeteras de los estudiantes podrían reprogramarse automáticamente, permitiéndoles dormir una hora más. Si una persona de edad se olvidara de tomar un medicamento imprescindible, podría enviarse un mensaje de aviso a un familiar próximo o incluso a un servicio de urgencias local, de forma que alguien pudiera acudir a comprobar si todo está en orden.

Neelie Kroes, Vicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de la Agenda Digital, ha manifestado lo siguiente: «La "Internet de los objetos", que dota a los objetos cotidianos de inteligencia, es el próximo gran paso adelante. Es mi deseo impulsar una "Internet de los objetos" que esté al servicio de nuestros objetivos económicos y sociales, preservando, a la vez, la seguridad y el respeto de la vida privada y de los valores éticos.».

A fin de que el enorme potencial económico y social que la IO ofrece sea una realidad, todos los implicados han de estar en pie de igualdad, sin que unos se erijan en guardianes y otros, los usuarios, queden cautivos. En aras de su aceptación social, es preciso definir un marco ético y jurídico, sustentado en la tecnología y que aporte al ciudadano control y seguridad. En su consulta, la Comisión desea recabar opiniones sobre el respeto de la vida privada, la seguridad y la integridad de las personas, la seguridad de la infraestructura esencial basada en la IO, la ética, la interoperabilidad, la gobernanza y las normas técnicas. Los resultados de la consulta se reflejarán en la Recomendación de la Comisión sobre la IO, que se presentará en el verano de 2013. Impulsar la IO es una prioridad de la Agenda Digital para Europa.

La Internet actual permite tener acceso a contenidos e información mediante la conexión a páginas web a partir de múltiples terminales, como PC, teléfonos inteligentes o televisores. El siguiente paso permitirá el acceso a información relacionada con el entorno físico, a través de objetos conectados que puedan captar información de su entorno y transmitirla a través de micropocesadores inteligentes que utilizan la identificación por radiofrecuencia (RFID), con o sin intervención humana.

Son numerosos los ejemplos de esta evolución de los dispositivos en red: un automóvil podría informar sobre el estado de sus diferentes subsistemas, de tal modo que pueda hacerse un diagnóstico y una reparación a distancia mediante sensores de comunicación integrados; las personas en desplazamiento podrían recibir en sus teléfonos inteligentes información sobre el estado de la puerta de entrada o las persianas de su domicilio, o incluso el contenido del frigorífico, gracias a sensores instalados en sus hogares; un automóvil podría dar indicaciones sobre cómo sortear un atasco; dispositivos personales podrían transmitir a una central información actualizada sobre el estado de pacientes que reciben asistencia sanitaria a distancia.

La consulta pública se reflejará en una nueva Recomendación sobre la IO. Esa Recomendación se deriva de la Comunicación de la Comisión relativa a la «Internet de los objetos», publicada en 2009 (véase IP/09/952), en la que se indican catorce líneas de actuación orientadas a que Europa pueda idear en este ámbito tecnologías y sistemas compatibles con sus valores esenciales, como son la protección de la vida privada y los datos personales.

La Comisión Europea consulta sobre la «Internet de los objetos»