jueves. 28.03.2024

Salvo que se produzca un cambio concertado de medidas políticas, el desempleo en la eurozona podría subir de los actuales 17,4 millones de personas hasta 22 millones en los próximos cuatro años, señala la OIT en un informe titulado “Crisis del empleo en la eurozona: tendencias y políticas para afrontarla".

El informe advierte que, sin un cambio de políticas, todos los países de la eurozona, tantos los que actualmente están bajo presión como los otros que viven una situación más holgada, se verán afectados.

“No es sólo la eurozona que está en problemas. Toda la economía global está bajo riesgo de contagio“, dijo el Director General de la OIT, Juan Somavia.

“Salvo que se apliquen medidas específicas para aumentar las inversiones en la economía real, la crisis económica empeorará y la recuperación laboral nunca llegará. También precisamos un consenso global sobre cómo avanzar hacia una globalización basada en el crecimiento y la creación de empleo. Ésta es una responsabilidad clave de las Naciones Unidas, de las instituciones de Bretton Woods y del G20”, agregó Somavia.

A corto plazo, las consecuencias de una recesión laboral prolongada serían especialmente duras para los jóvenes que buscan trabajo.

Desde 2010, el desempleo ha aumentado en más de la mitad de los 17 países de la región. Más de tres millones de jóvenes entre 15 y 24 años están desempleados.

En la eurozona, más de la tercera parte de las personas en edad de trabajar en la eurozona o bien están desempleadas o excluidas del mercado laboral, y el desempleo de larga duración sigue aumentando.

Las economías más fuertes de la zona también amenazadas

La pérdida de empleos ha sido particularmente grave en el Sur de Europa, pero hasta Alemania, Austria, Bélgica, Luxemburgo y Malta – los únicos países donde el empleo ha aumentado desde 2008 – registran señales de que la recuperación del mercado laboral podría frenarse.

La pérdida de empleos podría ser aún peor, ya que al parecer las empresas han mantenido sus trabajadores con la esperanza de que las condiciones económicas mejoren. Si sus expectativas no se materializan, esos puestos de trabajo podrían correr peligro.

“Todo parece apuntar a que probablemente esté en proceso de incubación una recesión prolongada del mercado de trabajo”, sostiene el informe. Además, el informe advierte que la situación laboral está alimentado la tensión social y erosionando la confianza en los gobiernos nacionales y las instituciones europeas.

Una oportunidad para la acción

El informe dice que todavía es posible una recuperación dentro del marco de la moneda única, si los países de la eurozona aplican una estrategia de crecimiento basada en el empleo.

El plazo para realizar este cambio se está acabando. El Pacto Mundial para el Empleo de la OIT y el Llamado a la Acción contra el desempleo juvenil adoptado por la Conferencia Internacional del Trabajo de 2012 ofrecen una serie de medidas que los países de la eurozona pueden seguir aplicando.

El informe dice que la austeridad ha dado lugar a un crecimiento económico más débil y a un deterioro de los balances de los bancos, generando una mayor contracción del crédito y, en consecuencia, una disminución de las inversiones y más pérdidas de empleos.

El informe pone de manifiesto el problema de las economías de la eurozona donde el desempleo es cada vez más alto, cuyos recursos destinados al apoyo de los que buscan trabajo se están agotando. Lo opuesto sucede en las economías más fuertes. Un acuerdo basado en el diálogo social destinado a ampliar la base impositiva podría ayudar a financiar los programas de promoción del empleo donde fuera necesario.

Para salir de la trampa de la austeridad, el informe recomienda:

La reparación del sistema financiero debería estar condicionada a la reactivación del crédito para las pequeñas empresas. Hacer pagar los planes de rescate a los accionistas no sólo sería justo sino que reduciría la necesidad del dinero de los contribuyentes o de nuevas medidas de austeridad.

Promover las inversiones y apoyar a quienes buscan trabajo, los jóvenes en particular. Una “garantía para jóvenes”, con un costo estimado de menos de 0,5 por ciento del PIB de la eurozona, podría ser implementada en breve tiempo. Para financiar esta garantía, sería conveniente reorientar los Fondos Estructurales Europeos y movilizar el Banco Europeo de Inversiones.

Abordar las diferencias de competitividad entre los países de la eurozona. Esto ofrece nuevas oportunidades de diálogo social a fin de garantizar que: i) los salarios crezcan al mismo ritmo que la productividad en las economías más fuertes; ii) que la moderación de los ingresos en las economías en déficit sea compensada por políticas dirigidas a reforzar las bases industriales; y iii) prevenir una espiral descendente en los salarios y los derechos de los trabajadores.

“Dadas las diferentes posiciones de los países, no resulta fácil llegar a un acuerdo sobre una estrategia concertada. Sin embargo, sin un rápido cambio político dirigido a recobrar la confianza y el apoyo de los trabajadores y las empresas, será difícil implementar las reformas necesarias para reencauzar a la eurozona en un camino de estabilidad y crecimiento”, dijo Raymond Torres, director del Instituto de Estudios Laborales del OIT y principal autor del informe.

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