Hace un año que nos dejó Amy Winehouse. La excéntrica cantante y compositora británica fue hallada sin vida en su domicilio de Londres, después de haber ingerido elevadas cantidades de alcohol. Con su pelo negro recogido, sus ojos muy maquillados y sus numerosos tatuajes en los brazos, Amy pasó varias veces por clínicas de rehabilitación debido a sus problemas con las drogas y la bebida. A los 27 años, la intérprete de "Rehab" se unió a la trágica lista de músicos legendarios fallecidos a esa edad, como Jim Morrison, Kurt Cobin o Janis Joplin. Musicalmente estaba catalogada como cantante de soul pero no huía de las influencias del jazz, el ska o el rap.
Pese a su extraordinario talento musical y poderosa voz, su corta carrera estuvo jalonada de escándalos y actuaciones erráticas. Problemas con la policía, sobredosis, bulimia y cancelación de conciertos por sus adicciones fueron una constante en su vida.
Su gran éxito "Black to black" convirtió a Amy Winehouse en la primera intérprete británica en ganar cinco Grammys. Tras su muerte, este álbum se convirtió en el más vendido del siglo en el Reino Unido.