jueves. 28.03.2024

Tras las gestiones realizadas desde hace más de dos años por la Asociación de Variedades Locales la variedad tradicional de tomàtiga de ramellet ha quedado registrada en el registro de variedades comerciales con la mención de "variedad de conservación".

La tomàtiga de ramellet es una variedad tradicional, fruto del trabajo de muchas generaciones, que tiene como característica principal su capacidad de conservación en fresco durante más de nueve meses colgadas en las vigas de las casas, sobre cañizos y dentro cajones. Forma parte de la identidad del pueblo de Mallorca porque es la única variedad de tomate que permite el consumo durante el invierno, y se utiliza principalmente para hacer uno de los platos más típicos de la isla, el "pa amb oli". La tomàtiga de ramellet se cultiva desde siempre en sistemas hortícolas al aire libre, en asociación con otras variedades tradicionales. Las semillas han llegado hasta la población de mano en mano, de agricultora, hija de agricultora. Las mujeres han sido depositarias de esta sabiduría que renuevan y transmiten con sus conocimientos. Su papel en la cohesión de las estructuras sociales y el mantenimiento de la cultura local es irremplazable.

La tomàtiga de ramellet es el núcleo de un sistema de producción agroecológica ejemplar por su sostenibilidad económica y por su integración con el medio rural mallorquín. Una buena base sobre la que construir elementos de soberanía alimentaria.

Hace dos años llegó a la Conselleria de Agricultura y Pesca del Govern la propuesta de promocionar la tomàtiga de ramellet mediante un distintivo de calidad de Indicación Geográfica Protegida (IGP). La propuesta era envenenada, ya que provenía de una importante empresa de hortalizas y frutas que produce un tomate de colgar de apariencia externa similar a la tomàtiga de ramellet pero en realidad es un híbrido desarrollado por las empresas Hortseed Mediterráneo y Fitó, y que no tiene ni la capacidad de conservación, ni el olor y el sabor de la variedad tradicional. Este tomate, a pesar de la diferencia de calidad, se puede encontrar en el mercado de abastos y en los supermercados Mercadona, Erosky, Carrefour y Alcampo grabada y marcada con el nombre de "ramillete".

La voz de alarma saltó en unas jornadas convocadas por la Conselleria para debatir la creación de la IGP de la tomàtiga de ramellet y en la que se anunció la intención de incluir tanto el tomate local como las imitaciones industriales. La sorpresa inicial dio lugar a un fuerte debate entre las dos empresas que producen tomate híbrido en invernaderos y los agricultores y agricultoras que trabajan la variedad tradicional.

Desde la Asociación de Variedades Locales se defendió que el tomate híbrido no saliera al mercado como tomàtiga de ramellet y se decidió registrar la variedad tradicional como variedad de conservación para evitar la apropiación del nombre tradicional por parte de una tomate híbrida. La opción de registrar variedades tradicionales en el registro de conservación es una opción que permite la normativa europea y estatal a pesar de haber limitaciones y complejidades en el proceso de registro ya que las exigencias no se adecuan a la realidad de los cultivos.

Finalmente, después de dos años de gestión, el pasado 28 de mayo de 2012 se publicó en el BOE el registro de la tomàtiga de ramellet.

Este ejemplo demuestra que en Mallorca, como en tantos otros lugares del mundo, no está amenazada sólo la supervivencia de una variedad tradicional, sino el derecho a la identidad, la cultura y la soberanía alimentaria. Hay que hacer un gran esfuerzo para defender los elementos que ya tenemos para construir la soberanía alimentaria y evitar que las industrias agroalimentarias o los destruyen, o bien se apropien de ellos introduciendo, como en el caso descrito, sus variedades industriales.

Registran la tomàtiga de ramellet como variedad de conservación para evitar su apropiación