viernes. 19.04.2024

Las ventas del comercio minorista de Mallorca durante los primeros ocho meses de 2012 presentan un arrastre negativo de 48 millones de euros en comparación a los mismos meses de 2011, lo que supone un saldo negativo de 2 millones en comparación a todo el volumen de negocio que se perdió en 2011 en comparación a 2010 (46 millones de pérdida), según PIMECO.

Así lo indica una nota de alcance elaborada por la patronal a partir de los datos presentados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), y en la que se establece que el pequeño comercio de la isla generó durante el pasado mes de agosto un volumen de negocio de aproximadamente 314 millones de euros, lo que implica una caída de las ventas en comparación al mismo mes de 2011 de aproximadamente 6 millones (320 millones en agosto de 2011).

Por lo que se refiere a la comparativa interanual, el pasado mes de agosto se sitúa como el peor de la crisis económica, ya que en agosto de 2011 y de 2010 se registró un volumen de negocio aproximado de 320 millones, en 2009 de 317 millones y en 2008 de 347 millones.

Por otro lado, las ventas del mes pasado sufrieron un descenso de 5 millones frente al mes de julio inmediatamente anterior (319 millones aprox.), si bien PIMECO resalta que esta caída es típica del modelo económico propio de Mallorca.

Por lo que se refiere al nivel de ocupación, el comercio tradicional de Mallorca experimentó en agosto una contracción del 6,78 por ciento en comparación al mismo mes de 2011, situándose a su vez a un 6,8 por ciento por debajo de la ocupación media de los últimos 5 años.

A nivel autonómico, con un arrastre anual en las ventas de -3,8 puntos porcentuales en comparación a 2011, Balears ocupa el quinto lugar de comunidades autónomas con un decrecimiento interanual inferior a la media española (-4,7).

Para PIMECO, la pérdida de volumen de negocio acumulado en los ocho primeros meses de este año y respecto al mismo periodo del año 2008, “ofrece un panorama desolador”, con una disminución del volumen de ventas en torno al 16 por ciento.

Panorama desolador para el comercio mallorquín