Se cumplen diez años del accidente del "Prestige", un viejo petrolero cargado con 77.000 toneladas de crudo que zozobró antes de partirse en dos frente a las costas gallegas.
El fuel vertido tiñó de negro las playas, y la fauna marina y las aves sufrieron las fatales consecuencias.
Pero no todo fue negativo. La que fue calificada de mayor catástrofe ecológica de la historia de España, despertó una ola de solidaridad sin precedentes, plasmada en miles de voluntarios, que se lanzaron a recoger "chapapote" en las playas contaminadas.
En el terreno judicial, el accidente dio origen a una causa, en la que se encuentran imputados además del capitán, el jefe de máquinas y el primer oficial de barco, el entonces director general de la Marina Mercante José Luis López-Sors, que deberá responder sobre su decisión de alejar el buque de la costa.
Una sentencia ejemplar es lo que se exige desde la plataforma ciudadana "Nunca Mais", que aglutinó la "indignación" de los gallegos tras el accidente y que considera que pocas medidas, salvo la prohibición de los monocascos, se han tomado desde entonces para asegurar que no se repetirá esta tragedia.
