viernes. 29.03.2024

La selección española de balonmano se proclamó campeona del mundo practicamente desde que salió a la pista. El equipo de Valero Rivera culminó el partido perfecto, con un Palau Sant Jordi volcado a su favor y con la suerte, el acierto y los astros de su lado, a los Hispanos les salió todo. Con un despliegue defensivo inconmensurable y una decisión en ataque hasta ahora desconocida, España no tuvo rival.

De inicio Valero Rivera le dio la titularidad a Albert Rocas en el extremo derecho, Cañellas actuó en el centro del ataque y Antonio García suplió en el 7 inicial habitual a Alberto Entrerríos. En defensa Viran Morros entraba por un Julen Aguinagalde, destinado únicamente a jugar en ataque. En Dinamarca, ninguna novedad reseñable, Laugue, Mikkel Hansen y Sondergaard jugaban en la primera línea, Toft Hansen en el pivote y los rapidísimos Anders Eggert y Hans Lindberg en los extremos.

Los Hispanos, encorajinados y reforzados por un ambiente espectacular en el Palau Sant Jordi, completaron un espectacular 3-0 de parcial en los primeros minutos que obligó al técnico danés Ulrik Wilbek a pedir un tempranero tiempo muerto. Tras el aluvión inicial, Dinamarca comenzó a entrar en el partido y con su depurado juego técnico en ataque consiguió volver a situarse a un gol de distancia hasta el ecuador del primer acto.

Jannick Green se lamenta tras un gol de España.

Fue a partir del minuto 15, cuando la furia hispana volvió a la pista. Con Joan Cañellas en estado de gracia, el anfitrión comenzó a dar un recital en ataque y en defensa, donde la pareja central Viran-Gedeon estaba secando a los lanzadores daneses con blocajes y coberturas defensivas increíbles. Con Dinamarca anulada en ataque y Sterbik aportando muchas paradas en la portería el partido se desató en favor del equipo de Valero Rivera. Los Hispanos encadenaron un espectacular 7-0 de parcial (16-9, minuto 27) que encarriló el choque hasta el final de una primera parte, que finalizó con un gol de Julen Aguinagalde con la que se alcanzó la máxima diferencia del partido hasta ese momento, 18-10 (+8).

En la segunda parte se esperaba la reacción de un equipo danés, pero lejos de esto, España salió confiada en que podía hacer sangre con un rival que parecía estar fuera de lugar. Los Hispanos bajaron la guardia en ningún momento y siguieron confiando en su espectacular sistema defensivo en 6-0 para machacar a Dinamarca al contraataque. La selección española llegó a alcanzar una renta de +18 goles en una segunda mitad de partido que se convirtió en una fiesta, con vítores a Sterbik (que cuajó un partido espectacular), y con la despedida de la selección del gran capitán, "Rock and Roll" Alberto Entrerríos, que regresó al equipo nacional para darle un Mundial a España y acabar en el 7 ideal del campeonato.

España gana su segundo Mundial de balonmano