jueves. 28.03.2024

A los mallorquinistas cada día les importa menos lo que pasa en los despachos del Club, no por ello las cosas no deben contarse, incluso si es necesario repetirlas, para que al menos si un día desafortunado el Mallorca está en segunda y arruinado se sepa quién ha propiciado las cosas.

Hoy vuelve a reunirse el Consejo de Administración del Mallorca, que es casi como un conclave cardenalicio por su escasez de convocatoria, y lo hace para que Serra Ferrer pueda convocar una Junta General y otorgarse más poder del que ya tiene.

Y es que a Serra Ferrer le gusta dejar huella, no le ha bastado cambiar el nombre, el escudo, la mascota, el equipamiento, meterse en las Peñas hasta dedodirigirlas, que ahora, el máximo accionista, director deportivo, consejero, apoderado, presidente en funciones, pretende cambiar los estatutos que rigen el Club bermellón.

Los cambios de los estatutos que quiere Serra Ferrer serían para saltarse el mínimo órgano de control qu existe en el Club, el Consejo y además para dotar de sueldo a los amigos/apoderados, todo ello acompañado de unas dietas por asistencia a los Consejos, los consejeros serían un mínimo de tres y un máximo de ocho, Serra Ferrer sería administrador único y habría dos más mancomunados.

Todo esto en un día en el que nada sabremos de los papeles solicitados en su día por Claassen, sobre comisiones, pagos a medios, remuneraciones de miembros del Consejo y familiares... un día en el que Serra Ferrer seguirá siendo director deportivo y un día en el que se avanzará un poco más hacia la

opacidad administrativa y la oligarquía.

Poder unipersonal en el Mallorca