En pocos días se conocerá la oferta ganadora
El concurso para la adjudicación de la escuela de vela y club náutico de Calanova vive sus últimos días antes de la resolución final. Y lo hace con el ambiente enrarecido después de las irregularidades que se han publicado en prensa y que han provocado una denuncia en la Conselleria respecto a la oferta que ahora parece mejor posicionada, Port Olímpic.
Entre otras cosas, se destaca que Port Olímpic ha incurrido en la cláusula de temeridad, según la cual las ofertas que superasen en un 25% la media del resto de propuestas, quedarían automáticamente fuera de concurso. Port Olímpic, que tiene como cabezas visibles a Juan Birlanga, Felipe Elvira, y Carlos Gelabert Veny, ha ofertado 748.000 euros, frente a los 545.000 euros que como media han presentado el resto de candidatos, un total de seis. Una situación que fue destacada por el propio presidente de la Mesa el mes pasado, en el momento de la obertura de sobres, y que les dejaría fuera de la carrera por la explotación de Calanova.
Pero hay más. El proyecto de Port Olímpic ha querido vincular su propuesta al nombre de Theresa Zabell de forma interesada y no demasiado transparente, a juzgar por lo sucedido semanas atrás.
Así, Birlanga aseguró a la publicación 'Gaceta Náutica' que la regatista y bicampeona olímpica formaba parte del proyecto de esta empresa como directora deportiva, según escribió Pepe Quiroga el pasado 14 de agosto. La propia Zabell tuvo que negar este extremo a través de su cuenta personal de Twitter, en la que subrayó que no era accionista del proyecto ni tenía ningún acuerdo. "Creo que es un error. Ni soy accionista del proyecto ni tengo ningún acuerdo", escribió la prestigiosa deportista, dejando en entredicho la viabilidad deportiva de Port Olímpic.
Fuentes cercanas al concurso entienden que se ha utilizado la imagen de Theresa Zabell para inducir a confusión a los técnicos que deben valorar el proyecto, y cuya evaluación resultará clave a la hora de adjudicar un jugoso concurso.
El de Calanova es el primero de los puertos que el Govern Balear va a dejar de gestionar entre los que hasta ahora ha tenido a su cargo. En el concurso para su adjudicación se valora, entre otros muchos aspectos, los precios de alojamiento, amarre y cursos de vela, así como las obras de mejora a realizar en la bocana del puerto y en las infraestructuras.
