jueves. 28.03.2024

Tras el devastador tifón que golpeó Filipinas el pasado viernes, los equipos de emergencia de la organización médico-humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) están tratando de llegar a las áreas más afectadas. Los esfuerzos por alcanzar Tacloban, en la provincia de Leyte, se ven complicados por las carreteras bloqueadas por escombros, así como por los fuertes vientos y lluvias torrenciales, que han provocado la cancelación de muchos vuelos hacia el dañado aeropuerto de esta ciudad.

“La situación es catastrófica, es un caos total”, explica la doctora Natasha Reyes, coordinadora de emergencias de MSF en Filipinas, quien añade: “el acceso es extremadamente difícil y está impidiendo que la gente reciba ayuda. Nuestra prioridad es llegar a aquellos que están en las áreas más aisladas; son los más difíciles de alcanzar y a menudo, los últimos en recibir la tan necesitada asistencia”.

MSF enviará a 100 personas más al terreno en los próximos días, incluyendo médicos, enfermeros, cirujanos, logistas, psicólogos y expertos en agua y saneamiento. Nueve aviones de ayuda (cargados de material médico y de abrigo, kits de higiene y equipamiento de saneamiento) también están de camino a Filipinas desde los almacenes de MSF.

Como las estructuras médicas han quedado dañadas o destruidas y los equipamientos médicos inutilizados a causa de la tormenta, muchos de los heridos en Tacloban se han concentrado en el aeropuerto de la ciudad. Un equipo de MSF ayudará a darles atención médica en el aeropuerto y apoyará a un hospital que todavía está funcionando.

Los equipos de la organización también planean viajar por barco y helicóptero a los alrededores – particularmente a las islas al oeste de Cebú y la ciudad de Guiuan, al este– para proporcionar atención médica urgente. Con las redes de comunicaciones caídas, todavía hay poca información fiable sobre la magnitud de los daños en las áreas remotas y rurales.

“Definitivamente, hay gente herida que todavía no ha recibido atención médica”, explica la doctora Reyes. “Con tantas casas y edificios derrumbados por los fuertes vientos, esperamos ver lesiones importantes.

Incluso las heridas pequeñas pueden potencialmente causar graves problemas si se infectan, lo que se está convirtiendo en una seria preocupación ya que los días pasan sin que la gente tenga acceso a la atención médica”.

La prioridad de MSF es hacer frente a las necesidades médicas urgentes e inmediatas, como la vacunación contra el tétanos. “Después de eso, todo lo demás: abrigo, agua y comida. La gente lo ha perdido todo”, añade Reyes

La destrucción complica la llegada de ayuda a Filipinas