sábado. 20.04.2024

Los fondos destinados a ayuda humanitaria internacional se han reducido por segundo año consecutivo, a pesar de las crecientes y cada vez más complejas situaciones de crisis a que esta debe enfrentarse. El caso español es especialmente grave: hace apenas un mes, la limitada respuesta de la Cooperación pública a la emergencia de Filipinas, país teóricamente prioritario para nuestra cooperación, ha demostrado el nefasto impacto de los masivos recortes iniciados en 2011, y para 2014 es de esperar que España tenga ya definitivamente un papel marginal e irrelevante en la escena humanitaria internacional.

Según el informe ‘La acción humanitaria en 2012-2013: instalados en la crisis’, elaborado por el Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH) con la colaboración de Médicos Sin Fronteras (MSF), y presentado hoy en Madrid, en 2012, los efectos de la crisis económica se reflejaron en los presupuestos de ayuda humanitaria de los principales países donantes1, que se redujeron en un 11% entre 2011 y 2012, pasando de 9.600 a 8.600 millones de euros.

Entre otras consecuencias, esto supuso que en 2012 quedaron sin cubrir un 37% de los fondos solicitados por la ONU a través de sus llamamientos consolidados (CAP): es la mayor proporción de necesidades sin cubrir en más de diez años. Y destaca el hecho de que la inversión destinada a prevención y preparación ante desastres sigue siendo desproporcionadamente baja: apenas un 5% de la ayuda humanitaria.

España es el país que más ha reducido sus fondos de ayuda humanitaria desde 2010, con recortes incluso mayores que en otras políticas sociales: de los 356 millones de euros de aquel año, a 216 millones en 2011, y 72 millones de 2012. Las cifras aún provisionales de 2013 siguen por este camino de brutal retroceso: 41,7 millones. Y para 2014, los Presupuestos Generales del Estado prevén un pequeño incremento de 4,5 millones, algo anecdótico comparado con los recortes del 80% sufridos por esta partida entre 2010 y 2012.

“Más allá de la retórica, la escasa capacidad de reacción de la Cooperación pública española al desastre en Filipinas es la mejor muestra del impacto de estos recortes”, señala Francisco Rey, codirector del IECAH. Así mismo, España sigue ausente de las grandes iniciativas globales como el Fondo Mundial para la Lucha contra el

Sida, la Malaria y la Tuberculosis. “La acción humanitaria pública española, cuya consolidación legal, institucional y profesional había costado tantos esfuerzos, está siendo desmantelada, y lamentablemente estos recortes han sido recibidos con pasividad por la ciudadanía, a pesar del enorme coste que tendrán en las poblaciones vulnerables de muchos lugares del planeta”, añade.

Los recortes denotan que la mayoría de organismos internacionales y gobiernos donantes se han instalado en un notable conformismo: no hay voluntad política ni financiera para reaccionar con vigor a las

emergencias, derivadas de conflictos o desastres naturales, que más sufrimiento causan. Sólo en 2012, se registraron 357 desastres naturales, que afectaron a 124,5 millones de personas, y 38 conflictos armados siguen activos.

“El caso de Siria es paradigmático”, explica el codirector del IECAH Jesús Núñez: “de algún modo, se ha ido instalando entre los medios de comunicación, los gobiernos y las opiniones públicas la idea de que el conflicto es irresoluble a corto plazo y que, por tanto, sólo queda esperar a que los combatientes terminen por agotarse y lleguen a un acuerdo, todo ello al margen de las necesidades de una población civil que parece condenada a seguir sufriendo y muriendo”.

En palabras de Joan Tubau, director general de Médicos Sin Fronteras, “Siria es hoy el conflicto más letal del mundo, y las necesidades de la población son cada vez más agudas. La ayuda humanitaria a la población siria debería estar en lo más alto de la agenda diplomática, y sin embargo no lo está. Y este es un llamamiento que

hacemos extensible a otros países que están atravesando crisis de gran complejidad y tremendo impacto en la población, y en las que la respuesta humanitaria internacional no está dando la talla, como República Centroafricana, Sudán del Sur o República Democrática del Congo”.

España es el país que más reduce la ayuda humanitaria desde 2010