Lorenzo Serra Ferrer habría dimitido como apoderado del Real Mallorca en la reunión del Consejo de Administración que se está celebrando esta tarde, según ha publicado en su cuenta de Twitter el periodista Miquel Alzamora.
Ésta sería por tanto la primera consecuencia de la durísima reunión que Biel Cerdà le ha preparado al máximo accionista del Real Mallorca, acorralado cada vez más desde que firmara el acuerdo de sindicación con su ahora enemigo íntimo.
Pero hay más. Hn rodado durante la reunión las cabezas de Damon Mark (hombre de confianza de Serra Ferrer) y del director general Jose María Durán, mano izquierda de Biel Cerdà dentro del club. Una baja en cada bando.
Mientras, José Luis Oltra ha comparecido no una, sino ya dos veces por las oficinas de Son Moix, donde está explicando a los consejeros cuáles son las necesidades del equipo para afrontar la recta final del Campeonato. Una humillación más para Lorenzo Serra Ferrer, incluso en este caso, a costa de inmiscuir en la batalla institucional al aspecto deportivo.
El Consejo celebrado esta tarde se ha planteado como un acoso y derribo contra el que todavía es máximo accionista del Mallorca, que ha visto reducido su papel al de figura de cera durante los últimos meses. Él, que gobernó el club con mano de hierro realizando purgas con trabajadores que acumulaban años en el club, está probando su propia medicina y va a quedar definitivamente aislado.
Mientras, el equipo trabaja para superar este domingo (12.00 horas, Son Moix, Canal +) al Córdoba, en la enésima oportunidad de los isleños para colarse en la promoción de ascenso. No en vano, los de Oltra llegan a la última jornada de la primera vuelta sin haber pisado ni una sola vez las primeras seis posiciones de la tabla. Un bagaje paupérrimo del cual Serra es máximo culpable, en su papel de director deportivo, razón por la que debe ahora rendir cuentas ante el Consejo. Algo que nunca le gustó pero a lo cual ahora le obliga el presidente del club, Biel Cerdà.
