viernes. 29.03.2024

El president arranca este martes el sexto y antepenúltimo periodo de sesiones del Parlament con una contradicción a punto de suceder: ser el único grupo político con imputados a pesar de ser quien los proscribió. Bauzá llegó a la política balear con el sello de la inflexibilidad contra la corrupción “ningún imputado irá en las listas electorales” y, si se cumple la previsible desimputación del socialista Xicu Tarrés, se habrá girado la tortilla y el único partido con diputados imputados será el suyo. 

Vengo a la política para regenerarla, dijo. Ningún imputado irá en las listas electorales del PP, sentenció. Hace tres años de aquello. Una renovación valiente, sostuvieron sus afines. Una manera de cargarse a los barones que dejó Matas como Jaume Font, deslizaron otros. En estos dos años y medio de legislatura el president Bauzá ha tenido que tragarse el sapo de aceptar a Pere Rotger como diputado imputado por el caso Over. Consiguió que dimitiera como presidente de la cámara, pero el inquero amenazó con quedarse con el acta al margen del PP (estilo Toni Pastor) y organizar una revuelta de alcaldes si le forzaban a dimitir también como diputado, y Bauzá plegó. En ese tiempo el grupo Més recibió la imputación por el caso Pas Amics del camí a Joana Lluïsa Mascaró. Ella sí dimitió del cargo, volvió a la docencia y su formación quedó libre de mácula. Mientras tanto el PSOE ha mantenido su lógica de que un imputado no es alguien condenado y hasta que no haya medidas cautelares contra él no se le debe limitar la presencia pública. Así actuó con su único imputado en la sala de las cariátides, el ibicenco Xicu Tarrés. Ahora, a 15 meses de las elecciones, la decisión del fiscal del caso Ibiza Centre de plantear el archivo de la causa por la que lleva años imputado abre una puerta sólida a que pronto el juez cierre la causa contra él. En la oposición socialista se frotan las manos a la espera de que se confirme lo que todos dan por inevitable. Así las cosas, Francina Armengol y Biel Barceló ven un final de legislatura con un Bauzá que inició el camino como abanderado de las buenas prácticas y lo terminará acuciado en los tribunales por su presunta incompatibilidad entre la farmacia y la presidencia y con su PP como único partido con imputados.

Un guía de la casa. Este martes comienzan los plenos de 2014 (con un imputado por el bando popular y otro por el socialista, de momento) y la novedad tendrá un nombre, Jaime Martínez. La mano derecha de Carlos Delgado en Turismo asumió la cartera en Navidades y este lunes, un día antes de la fecha, se buscó un guía para una visita rápida por el hemiciclo: el diputado conservador Carlos Veramendi (arriba pueden ver la imagen del momento). “Mira, aquí te sentarás (a cuatro asientos del president). –¡Ah! Muy bien, muy bien. –Y aquí tienes que pulsar para encender el micrófono y en aquella pantalla verás el tiempo de intervenciones. Ese es el estrado. –Perfecto, ya me iré acostumbrando”. Martínez es un tipo afable y tranquilo. Tras pasar revista se marcha con una sonrisa en el rostro. Es el último cambio en un Govern que se ha modificado mucho en estos dos años y medio. Frente a un Rajoy que no toca su gabinete, Bauzá conserva solo a dos de los siete consellers con los que inició el mandato. Por esa bancada azul del Parlament ya han pasado 16 personas en 32 meses. Un conseller nuevo cada dos meses. Todo muy estable.

Munar, la más popular. Hacía meses que María Antonia Munar no acaparaba las tertulias y corrillos de los políticos del Parlament, pero sus imágenes en los juzgados son lo más comentado entre los diputados y concejales que se cruzan por la calle del Palau Reial en los últimos días. Algunos se limitan a un condescendiente “quién la ha visto y quién la ve, ¡cómo ha adelgazado en pocos meses entre rejas!”. Otros encuentran razones menos psicológicas al deterioro físico de la ex presidenta del Consell de Mallorca: “Ha cambiado la peluquería de Llongueras por Wendy (una reclusa que, según contó María Fuentealamo en El Mundo, la peina a cambio de dos paquetes de tabaco) y el Botox ya no lo huele y al final la piel vuelve a su sitio”.

Bauzá y los imputados