viernes. 19.04.2024

Cuatro meses han transcurrido ya desde que la joven Malén Zoe Ortiz desapareciese sin dejar rastro. Desde aquel lejano dos de diciembre, nada se ha vuelto a saber de ella. Y este miércoles,  cerca de medio centenar de personas han querido recordarla volviendo al último lugar en el que dio señal de vida: la rotonda de piratas, Magaluf, en la que se bajó del autobús escolar con destino a casa de su novio, en Son Ferrer. Así se lo dijo al menos a la secretaria de su padre por teléfono móvil. Un teléfono que no se ha vuelto a conectar desde aquel día, para desesperación de su padre y de su hermano, que han encabezado la marcha de hoy. A la concentración se han sumado también representantes del ayuntamiento de Calvià y de la oposición en el consistorio. Había además personal del Instituto de Secundaria en el que Malén Zoe cursa sus estudios, y donde sus amigos esperan aún que vuelva.

Tras el frustrado intento de la Guardia Civil por dar con ella siguiendo la pista que había dejado su cuenta personal de Facebook, la Benemérita sigue trabajando por resolver el caso, aunque hoy es todavía un misterio absoluto qué sucedió aquella tarde de lunes.

Ni las cuantiosos recompensas ofrecidas por el Ico y por el propio padre de la menor, ni un despliegue sin precedentes por terrenos rústicos y montañosos de toda Calvià han servido para arrojar algo de luz a una desaparición que mantiene abiertos todos los interrogantes. Alejandro Ortiz ha admitido que la situación es 'complicada' ante la falta de noticias, pero confía en que las Fuerzas de Seguridad del Estado sigan tirando del hilo hasta averiguar porqué Malén Zoe desapareció hace ya cuatro meses. Aunque con la moral 'tocada', el padre de la joven de quince años se niega a arrojar la toalla, mientras clama para que se respete su dolor  y el de su hijo Bruno.

 

Cuatro meses ya sin Malén Ortiz