sábado. 20.04.2024
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Las lideresas de los aparatos regional y local llevan semanas dejando que se especule con el nombre de Andreu Alcover como candidato de consenso que evitaría un cisma en las primarias de septiembre para elegir al candidato en Palma, pero ambas tienen otros planes…

Quedan cuatro meses para que la militancia y simpatizantes socialistas en Palma elijan a su candidato a la alcaldía en los comicios del año que viene y, de momento, los dos aparatos afectados, el local de Aina Calvo y el regional de Francina Armengol, aguantan a que acaben las europeas el 25 de mayo para empezar el de(com)bate. Ambas permiten que hasta el grupo municipal popular dé por sentado que habrá un pacto para colocar un candidato de consenso que evite cismas: Andreu Alcover, pero el concejal aún no mueve ficha, quizá por que no quiera el puesto, quizá porque ha oído que el primero que levanta la cabeza en este tipo de procesos suele ser el primero en verla rodar.

Mientras Calvo sigue con su discurso de que ella no influirá en el proceso “abierto y transparente” de precandidaturas, aquellos que le dieron apoyo en las pasadas regionales están esperando un movimiento definitorio que les permita saber a quién respaldar. Todos dan por hecho que el ‘tapado’ de la ex alcaldesa es José Hila, el Madina local, tanto en lo bueno (un perfil sosegado y reflexivo más centrado en la aplicación práctica del programa que en la retórica del enfrentamiento político) como en lo malo (una actitud tenue fácilmente confundible con miedosa que podría no motivar a las bases en un momento delicado para la formación). Hila sigue pidiendo permiso a su corazón, cabeza, lengua, dientes, encías,… antes de hablar de algo que no sea el día a día municipal. Quizá eso sea una virtud en estos tiempos. Ramón Torres, que quedó tocado cuando su apoyo no sirvió a Calvo para una victoria clara en Palma en las primarias contra Armengol, también está moviendo piezas, sin embargo, para que la ex alcaldesa le consulte el candidato oficialista del aparato local. Véanse curiosidades como la de Santi Morey, primer y único precandidato hasta la fecha. “Como Calvo se ponga del lado de (la catalana) Chacón como hace dos años, la cosa se complicará con Torres. Así que algunos creen que Aina podría tirar hacia Madina en las nacionales y proponer a Hila en las locales”, dicen en la calle Miracle.

Allí precisamente está el núcleo duro de Armengol, nuevo jefe de prensa incluido, Albert Travesset, periodista sobrado de experiencia en medios (entre ellos la radio pública de Mallorca con Armengol) y cuentan que de perfil ideológico catalanista (aunque interesado en hacer estrategia, es decir, buscar la victoria, esto es, sumar a todos). A la inquera le interesa Palma en la medida en que, como bien dice Antich, “no puedes gobernar el Consolat sin Cort”. No les digo más que el president, ahora senador antiprospecciones, hizo desesperar al propio Zapatero en los días en que fraguaba el pacto con el PSM y UM en 2007. Moncloa quería que cerrase el acuerdo de una vez aunque fuera solo con el Consell y el Govern, pero el de Algaida se negó a ceder el consistorio palmesano. “Aina nunca se lo agradeció a Xisco como merecía”, critica un barón mallorquín.

Así que en la calle Miracle le dan vueltas a cómo lograr un proceso en septiembre que motive a la ciudadanía y no se convierta en una guerra fraticida en pleno curso electoral. Uno que ya está tocando puertas es el diputado nacional Pablo Martín, un perfil similar al de Calvo en cuanto a balear más cercano a las siglas PSOE que PSIB y que lleva un carrusel de cafés discretos estos días para presentar su alternativa sin que Armengol haya pedido que le frenen. Un alto cargo del PP palmesano lo tiene claro: “el ‘tapado’ de Francina es el hijo de José Luis Martín (alto cargo en el PSOE de Felix Pons)”. En la sede socialista no niegan que han notado los movimientos del joven en las últimas semanas.

El “error” de Més. La dirección de la coalición econacionalista anda un poco sorprendida con el desliz de su portavoz en el Consell de Mallorca en el pleno de la institución. “Algunos no saben adaptarse cuando les cambian el paso”, comentan en el PP. Joan Font impidió que los populares votasen por separado una moción de dos puntos, con un primero sobre denostar las prospecciones petrolíferas con el que estaban de acuerdo y un segundo sobre un inmediato LIC en Menorca que no querían apoyar. Al obligar a votar conjuntamente, el PP rechazó la propuesta y Font creía que así conseguiría el titular de que “el Partido Popular vuelve a las andadas y rechaza de nuevo parar el petróleo”. La prensa lo vio (“es de patio de colegio; un absurdo”), el PP lo vio (“es como si nosotros hacemos una moción de prospecciones y la juntamos con una de reprobación del PSM y forzamos votación conjunta, ¿a ver qué hace él?”), el propio partido de Font lo vio (“ha sido un error”). Más le valdría a Més seguir en esto el ejemplo del PSOE: una vez Bauzá obliga a sus senadores a votar en contra del PP nacional, lo lógico es recordarle que ha tardado meses en llegar aquí pero aplaudirle el gesto y presionarle para que lo acompañe de hechos como pedir reuniones con el propio Rajoy acompañado de las plataformas cívicas antiprospecciones.

Armengol y Calvo juegan a los ‘tapados’ en Palma