viernes. 29.03.2024

El Real Madrid conquistó su décima copa de la UEFA Champions League en una final que necesitó la prórroga para que el conjunto dirigido por Carlo Ancelotti remontase el tanto inicial de Diego Godín para ganar por 4-1 con goles de Sergio Ramos, en el último suspiro de tiempo reglamentario, y Gareth Bale, Marcelo y Cristiano Ronaldo, ya en la prórroga.

El sábado 24 de mayo de 2014 no ha sido un día normal para dos capitales europeas. La final de la UEFA Champions League revolucionó Lisboa, sede de la gran cita, e inundó Madrid de éxtasis y tristeza al mismo tiempo tras una final cargada de sentimiento y emoción. Y todo ello gracias a un partido que pasará a la historia del fútbol europeo de clubes como la primera final entre dos conjuntos de una misma ciudad.

Los rumores sobre los jugadores tocados coparon las noticias de los medios y dominaron las conversaciones de los aficionados durante toda la semana previa a la final. Tras no terminar el partido en el que se consiguió el título de Liga, Diego Costa y Arda Turan eran las dos grandes dudas rojiblancas y finalmente el hispano-brasileño llegó a tiempo para ser titular mientras que el turco se quedó sin vestir por sus problemas en la cadera. En el conjunto de Carlo Ancelotti la baja segura era la del sancionado Xabi Alonso, al que sorprendentemente suplió Sami Khedira pese a los muchos meses de inactividad. Pepe, que también arrastraba unas molestias musculares comenzó en el banquillo dejando su puesto a Raphaël Varane y Karim Benzema si figuró en la alineación inicial junto a Gareth Bale y Cristiano Ronaldo.

Los dos equipos arrancaron con fuerza. Todo el mundo metido en el partido, mucha concentración y pocas ganas de cometer errores. El Madrid llevó algo más la carga del juego en los primeros compases, pero no logró desordenar a un Atlético que buscaba rápidamente los balones largos hacia Costa y David Villa tras recuperar el balón. Entonces en el minuto 9 llegó la sorpresa y Diego Costa fue sustituido por Adrián López tras aparentemente recaer de su lesión.

Con el ariete asturiano en el campo la situación del partido no varió. El Madrid seguía buscando sin encontrar y los rojiblancos continuaban agazapados para hacer daño a la contra siempre apoyados en la solvencia de sus dos excelentes centrales. Fábio Coentrão y Ángel Di María buscaron hacer daño con un par de centros desde el costado izquierdo, pero Thibaut Courtois no tuvo excesivos problemas para evitar los remates blancos.

Al borde de la media hora una dura entrada de Raúl García sobre Di María le hizo ver la amarilla al navarro. El golpe franco de Ronaldo fue a puerta, pero Courtois detuvo con seguridad en el primer disparo entre los tres palos del choque. Fue a partir de ahí cuando el Madrid encadenó sus mejores minutos en el primer periodo y cuando disfrutó de una ocasión de oro en las botas de Bale en el minuto 32. El galés lo hizo todo bien, se plantó solo ante la meta de Courtois pero remató desviado.

Sin embargo el Atlético no iba a perdonar en su primera gran ocasión. Un saque de esquina desviado a la frontal permitió un segundo centro al área que Diego Godín peinó sobre Iker Casillas para hacer inútil la estirada del capitán blanco en el minuto 36. La ventaja al descanso era rojiblanca y se la había otorgado el hombre que le dio la Liga al Atlético en el Camp Nou hace una semana.

En los primeros minutos del segundo acto el guión de la final no varió en exceso. El Madrid, está vez obligado, asumió el timón del choque en busca del empate y el Atlético siguió esperando atrás consciente de que el paso del tiempo le iba a ir abriendo espacios para hacer daño a su rival. Di María fue el primero en enseñar los dientes con una internada que la zaga rojiblanca cortó en falta. En el lanzamiento resultante Ronaldo exigió a Courtois y la afición blanca volvió a meterse en el partido.

Pero el Atlético no perdía su capacidad de amenaza. Adrián entró bien en el partido y obligaba constantemente a Dani Carvajal a estar pendiente de él. Gabi seguía con la intensidad un peldaño por encima de la Khedira y Luka Modrić, y tal vez por eso Ancelotti optó por dar entrada a Isco y a Marcelo por el alemán y por Coentrão.

Con el apoyo incondicional de su grada, los hombres de Simeone siguieron comiéndole minutos al reloj a base de lucha y eficacia defensiva. Pero los sustos también eran para ellos, y Ronaldo estuvo muy cerca de conectar el empate en el minuto 63 tras un centro desde la izquierda. Esta ocasión hizo que los hombres del ‘Cholo’ se estirasen un poco, adelantando las líneas y teniendo algo más el balón, algo para lo que sin duda entró en el partido José Sosa por Raúl García.

Pero el Madrid seguía insistiendo. Buscaba centros desde las bandas, y no desechaba el centro con Isco y Modrić. Percutía una y otra vez contra el muro comandado por Godín y Miranda. Bale, Ronaldo o Isco lo intentaron, pero sus remates no vieron puerta antes de que el partido entrase en su último cuarto de hora.

Unos últimos 15 minutos que comenzaron con otro uno contra uno de Bale ante Courtois que el galés volvió a rematar de forma defectuosa llevando la desesperación a las gargantas de los aficionados blancos. Para entonces el asedio era total. Los once jugadores del Atlético estaban metidos en su área defendiendo con uñas y dientes el resultado. Una resistencia que supieron llevar con éxito hasta el último suspiro del último segundo, cuando Sergio Ramos se elevó en el cielo de Lisboa para resucitar una final que el Madrid tenía muerta ya en el tiempo de descuento.

En la prórroga, como era de esperar, el Madrid entró crecido y el Atlético algo tocado en lo anímico. Sosa y Koke intentaban tirar de su equipo hacia arriba, pero Marcelo, Carvajal y Di María por los costados eran desde hace muchos minutos las armas más peligrosas del partido. Ronaldo y Bale seguían algo desconectados, y Álvaro Morata que había entrado por Benzema en la recta final del partido, ponía más voluntad que eficacia.

Gabi por su parte seguía manteniendo la sangre caliente a los suyos. Defendía con tesón y levantaba con los brazos el ánimo de su afición y de sus compañeros. Pero el cansancio iba a más en las piernas de los 22 jugadores y el juego se espesaba. Esto solo se podía resolver en otro destello mágico, y éste estuvo en la cabeza del ‘expreso de Cardiff’. Morata peleó un balón en la banda izquierda, habilitó a Di María para que se internara en el área y este logró un remate que tras tocar en Courtois fue a parar a la cabeza de Bale para que el galés hiciera en el minuto 110 el gol que encarrilaba la victoria. Luego, en el 118’, Marcelo hizo el 3-1 y para desgracia rojiblanca un penalti en el último minuto de Gabi sobre Ronaldo permitió al luso hacer el 4-1 definitivo.

Con este título el Madrid da por terminada la persecución de su sueño más anhelado en los últimos años. La ‘Décima’ lucirá en la imponente sala de trofeos del Santiago Bernabéu y el conjunto de Chamartín seguirá presumiendo de ser el club más laureado de la mejor competición de clubes del planeta con un esplendoroso ‘10’ cosido a su manga a partir de la próxima campaña.

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El Real Madrid necesitó la prórroga para ganar la Champions