jueves. 28.03.2024

No es ningún secreto que Rafa Nadal no está en su mejor momento después de su larga lesión y que Melbourne era una prueba demasiado grande teniendo en cuenta que la preparación del mallorquín no era la adecuada. Pero tampoco lo es que al número tres del mundo cada vez le cuesta más ser constante en su juego y sus apariciones.

Y es que Rafa Nadal ya no recupera igual. Antes, recuperaba sensaciones muy rápido y prácticamente en el primer torneo que disputaba ya aparecía en la pelea por el título. De unos años a esta parte, teniendo en cuenta que ya no es ningún chaval, está sufriendo más lesiones, le está costando más recuperar y está bajando los resultados obtenidos durante todo el año.

Pero, ¿es esto alarmante? Desde mi punto de vista no. Porque si hay algo positivo que tiene Nadal y su equipo es que tienen una gran capacidad para identificar los problemas que ha tenido en pista para sacar los partidos, y los de Melbourne están claros. Rafa llegó a Australia falto de ritmo, exento de chispa y, consecuentemente, muy lejos de poder conectar su mejor repertorio de golpes. Ha jugado corto, excesivamente defensivo y sin encontrar el peso habitual en las bolas. Es aquí donde entra la confianza. Para todos los deportes la confianza es fundamental y ella se adquiere jugando. Cuando Rafa tiene confianza presiona a su rival, abusa de él variando alturas y ángulos, utilizando el famoso ‘top spin’, acabando puntos en la red… pero en Australia no ha logrado transmitir esas buenas sensaciones.

Ahora llega la tierra, ‘su’ tierra. Seguramente la mejor superficie posible para volver a formar parte de las apuestas de tenis más destacadas del circuito. Brasil y Buenos Aires serán las primeras paradas para luego volver a Europa a disputar la caravana de torneos habituales, plagada de Masters 1000 como Roma, Montecarlo y Madrid, y con otra visita a España al Conde Godó, donde ya ha confirmado su asistencia. Por último, esta gira tendrá la parada final en Roland Garros, ese torneo que tiene Djokovic en el punto de mira y en el que Rafa se encuentra ya como en casa. Es el rey de la tierra de París.

Así, en unas semanas esperamos la mejor versión del tenista español. Volviendo a coger ritmo de partidos en tierra con las posibilidades que ello le da con el bote más lento de la pista y que se alarguen los puntos. Nadal es consciente de que necesita muchas horas en pista compitiendo y es por esto por lo que la tierra batida es lo que ahora necesita en manacorí. Ahora bien, Rafa va a necesitar su mejor versión. Djokovic tiene marcado en rojo en el calendario este momento de la temporada y, en cuanto salga de Australia (veremos si como ganador o no), va a prepararse a conciencia para la gira de tierra y para Roland Garros. Esperemos que el tenista español consiga recuperar su mejor nivel y volver a dejar claro que sigue siendo el rey de la tierra.

Volverá