jueves. 28.03.2024

La vida sigue igual para el Real Mallorca. El equipo de Albert Ferrer tampoco ha podido ganar este domingo al Numancia, y empieza a quedarse en esa mediocre zona gris en la que lleva ya dos temporadas habitando como si de hecho se sintiera allí cómodo. Porque esta tarde, frente a los sorianos (0-0) no ha habido ni tan solo un arrebato de rabia, ni unos minutos de furia, ni unos instantes en los que el público pudiera creer en la victoria. Ha sido una partido plano. Otro más. Y la grada lo ha premiado, al descanso y al final, con silbidos. Porque este Mallorca tampoco carbura.

Los isleños suman 2 goles en 5 partidos oficiales -uno de ellos de penalti-, sólo han sido capaces de ganar un encuentro, y han caído ya eliminados de la Copa del Rey. Un bagaje pobre que impide creer que el año del Centenario vaya a ser el del retorno a Primera división.

El partido ha vuelto a evidenciar las limitaciones del Mallorca, que tiene en Timon a su mejor futbolista. El portero alemán se ha lucido en tres intervenciones soberbias; la primera, en un lanzamiento de falta de Julio Álvarez a los 25 minutos de la primera mitad, y las otras dos tras la reanudación.

De hecho, las mejores ocasiones del partido han sido esas, siempre del lado de un Numancia que llegaba a Son Moix como líder de la Liga Adelante.

La próxima jornada, el Mallorca se verá las caras contra el Nàstic de Tarragona. Ante los catalanes, el equipo bermellón deberá sumar los tres puntos para tomar aire y, cuanto menos, alejarse de la zona baja, lo cual visto lo visto debe ser el primero y más importante de los objetivos en una temporada que, de seguir así, promete tardes de fútbol para el olvidar, como la vivida este domingo en Son Moix.

El Mallorca se instala en la zona gris (0-0)