jueves. 28.03.2024

Una derrota ante otro recién ascendido dejará en la calle al entrenador del Mallorca

Albert Ferrer tiene un partido de margen. El entrenador del Mallorca será destituido si el equipo bermellón vuelve a perder el próximo fin de semana. Y no pinta bien la cosa, habida cuenta del desastroso partido visto ayer ante el Huesca, y considerando lo mal que se le están dando todos los rivales, pero especialmente los que estrenan categoría, al conjunto bermellón, que ha perdido dos veces contra el Huesca, además de contra el filial del Athletic y frente al Nàstic de Tarragona.

La temporada pasada, Valery Karpin se convirtió en un especialista en superar 'match balls' de este tipo, lo cual no sirvió a la postre más que para alargar la agonía de un Mallorca que va camino de acumular su tercera temporada deambulando por la categoría de plata. Pero esta vez quizá no habrá tantos balones de oxígeno.

Aunque la señal de alarma está encendida, más aún cuando los isleños solo han anotado dos goles y uno de ellos fue de penalti, quizás lo más preocupante de este sábado fue ver en la sala de prensa del Iberostar EStadio al todavía técnico del Mallorca. Verle y escucharle, porque su discurso sonó hueco, tan vacío como aquél 'partido de Osasuna', en la rueda de prensa ofrecida por Caparrós tras una derrota que sería su último encuentro al frente del banquillo bermellón.

Aunque Albert Ferrer parecía ayer aferrarse a un discurso del ascenso en el que ya nadie cree, lo cierto es que la única forma de evaluar las opciones de permanencia de la plantilla será la llegada de otro entrenador. Antes, eso sí, Utz Claassen -que soportó estoicamente frente al Huesca su primera gran bronca como presidente- quiere dar una última oportunidad a Ferrer. La que llegará -si no sucede nada imprevisto- el próximo domingo a partir de las 12 del mediodía en el Carlos Tartiere.

Albert Ferrer se la juega ante el Oviedo