jueves. 28.03.2024

Podemos juega a Perro del Hortelano, ni come ni deja comer. Esto más que dar una imagen de seguridad y equilibrio de cara a un futuro próximo, siembra inseguridad e incertidumbre.

Haciendo responsable al PSOE de evitar que Mariano Rajoy gobierne, pero a la vez diciendo por otro lado que ellos no entrarían a formar parte de un gobierno en caso de que Pedro Sánchez fuera presidente, parece más la forma de actuar de un lobby que de un partido político que se ha presentado a unas elecciones y que persigue certidumbre y seguridad para una ciudadanía que ha dicho basta al bipartidismo.

Tanto a ellos como a Ciudadanos, que hasta ahora se han permitido el lujo de hacer el juego de la serpiente en las diferentes regiones de España, les ha llegado la hora de la verdad y de mover ficha a nivel estatal: de demostrar si realmente responden a las expectativas de la ilusión que millones de españoles han depositado en ellos. Y para ello, no basta con decirles a los demás partidos lo que han o no han de hacer.

Tanto para Podemos como para Ciudadanos, ha llegado la hora de la verdad y el momento de empezar a tomar decisiones ejecutivas, fuera de los discursos de mitin y tertulia televisiva, asumiendo las consecuencias de haber recibido un gran apoyo por gran parte de la sociedad que espera de ellos la aportación de soluciones y no la imposición de trabas para el futuro del país, y de demostrar que no son un mero producto de marketing promovido en las redes sociales, sino una alternativa real y efectiva al sistema bipartidista que durante décadas ha gobernado España, y que tanto han criticado.

Está muy bien haber jugado hasta ahora a romper con el sistema establecido, a ser el azote de la corrupción, a prometer un futuro esperanzador y equitativo para la sociedad de a pie, eso lo que quiere todo el mundo; pero ese discurso hay que hacerlo realidad, gobernando, actuando y asumiendo responsabilidades.

Las urnas han hablado y por consiguiente lo ha hecho España en su conjunto. Ahora les toca a las fuerzas emergentes, sobre todo a Podemos, asumir su responsabilidad y entrar en el juego, en lugar de seguir mirando a su alrededor para criticar lo mal que está todo.

Al igual que a Ciudadanos, que parece que lo tiene más claro y que está dispuesto, para bien o para mal, a asumir su papel y tomar decisiones, a Pablo Iglesias y a Podemos les toca mover ficha, no decirle a los demás cómo tienen que jugar la partida, ya que desde fuera siempre es más fácil hablar, proponer y criticar que hacerlo desde dentro, viviendo en primera persona las situaciones y asumiendo las consecuencias de los actos, no de las palabras, que se las lleva el viento.

Ya no hay margen para mensajes ‘mitineros’ cargados de sentimiento. La gente quiere hechos y soluciones. Todo el mundo podía pensar que España iba a vivir un vuelco total y absoluto, pero que a nadie se le olvide que las urnas han seguido apoyando en gran medida a las dos grandes fuerzas políticas y que éstas siguen contando con el apoyo de un gran número de los españoles, y eso algo que les guste o no a las fuerzas emergente, han de tener en cuenta.

España ha dado un mensaje claro a los partidos políticos y les ha marcado muy claramente qué quiere: responsabilidad y capacidad de demostrar si están dispuestos a asumirla por el bien general de todos.

En los próximos días serán fundamentales para ver si las nuevas fuerzas políticas y las tradicionales están a la altura de la situación que ha formulado el país mediante las urnas.

En cualquier caso, para los ‘pablemos’, la lotería les tocó el 20 de diciembre y con el ‘Gordo’….

La hora de la verdad para Podemos