jueves. 28.03.2024

Hace poco más de un año que la vida Juana Hidalgo, de 37 años, ha vuelto a la normalidad. Hasta entonces, se había dedicado en cuerpo y alma a superar las secuelas de la quimioterapia. Hoy se considera una superviviente tras haber superado un cáncer de mama. Incluso ha participado en el desfile de baño y lencería protagonizado por las mujeres integrantes del Programa “Mucho x Vivir”, intervenidas de cáncer de mama, que organiza anualmente la Junta de Balears de la Asociación Española contra el Cáncer.

¿Cómo se siente?

Como una superviviente. Cuando te dicen que tienes esta enfermedad sientes que la vida se te va. A mí me lo detectaron siendo todavía joven, con un bebé de sólo 2 años y otra hija de 10 años. Aunque está superado y me siento bien, siempre tienes la mosca detrás de la oreja: si te ha pasado una vez, te puede volver a pasar.

¿Recuerda cuándo se lo detectaron?

Sí, de eso hace ya tres años. Tenía un bulto en la mama y no le di demasiada importancia porque anteriormente me habían detectado otros que eran benignos. Pero durante la revisión anual me confirmaron que en aquella ocasión se trataba de un tumor maligno. En aquel momento pasaba por una mala temporada y fue un momento muy duro. Mi madre acababa de fallecer y mi marido estaba hospitalizado.

¿Y qué hizo?

Para empezar, tuve que dejar mi trabajo en una fábrica de calzado. Mis hijos, que son lo más importante para mí, estuvieron a cargo de mis tías, mis hermanos y mi cuñada. Gracias a la ayuda de mi marido, la familia y los amigos, nunca me faltó nada. Además, conté con la ayuda de la psicóloga del Hospital de Inca. Pude sobrellevar la pérdida de mi madre, que mi marido estuviera hospitalizado y mi enfermedad sin necesitar antidepresivos, gracias a la ayuda psicológica.

Juana Hidago 3¿Existían antecedentes en su familia?

No. Mi madre tuvo cáncer de estómago, aunque los médicos me dijeron que no estaba relacionado con el mío, así que nos pilló a todos por sorpresa.

¿Qué tratamiento le recomendaron los médicos?

Como el tumor era maligno, me lo extirparon. Pero no fue suficiente por lo que tuve que someterme a una mastectomía bilateral y a la reconstrucción de toda la mama. Por suerte, fue un proceso que sólo duró un año.

Creo que fue un paréntesis en mi vida. Estuve dos años sin trabajar por los efectos de la quimioterapia y voy a revisiones cada 6 meses. La última la tuve en diciembre y todo estaba bien, así que he vuelto a mi rutina habitual.

¿Ha cambiado su vida desde entonces?

No. Intento disfrutar la vida al máximo, pero esta circunstancia no ha cambiado mi vida. Mis hijos todavía son pequeños y me necesitan al 100% así que he intentado volver a la rutina con ellos que lo han tenido que vivir a la fuerza. Mi ilusión era volver a estar igual que antes, y así ha sido.

De todas formas, no puedo llegar a olvidarme del cáncer pues sigo un tratamiento farmacológico que podría alargarse hasta diez años. Además, las revisiones continuarán periódicamente.

¿Qué consejo ofrecería a una persona que se somete a algún tratamiento para superar el cáncer?

Principalmente, que busquen apoyo en su entorno más cercano. Las personas que te quieren son las que te van a ayudar a superarlo y te sostendrán para pasar por este bache con mucha fuerza. En mi caso, mis hijos fueron la motivación para no rendirme jamás.

"Mis hijos fueron la motivación para no rendirme jamás ante el cáncer"