Guillem Mir, uno de los representantes de los padres implicados en la ‘batalla campal’ del partido Alaró-Collerense, ha lamentado, mediante un comunicado a los medios, la “falta de actuación a la hora de parar la pelea” y están a la espera del auto policial.
“La junta gestora de la UD Alaró y las familias de todos los jugadores del equipo de categoría infantil, reunidos para analizar los incidentes del domingo pasado y las medidas tomadas por el club, han acordado comunicar que lamentan profundamente y condenan “unos hechos que pensamos no deberían haberse producido nunca y que han supuesto un mal ejemplo para todos. Toda la gente del fútbol Alaró estamos más unidos que nunca en el mensaje de juego limpio y de condena clara de la violencia en el deporte”.
Las familias y el club, dicen, son los más interesados “en colaborar al máximo en la investigación policial del caso y, de este modo, poder relatar detalladamente todos los hechos que sucedieron en el campo de fútbol de Alaró el pasado 19 de marzo y que no están recogidos ni en el vídeo editado de 84 segundos ni en el acta arbitral, donde el delegado y otros padres, fueron los primeros en tratar de detener la pelea que iniciarse entre los niños, ya que desgraciadamente nadie sobre el terreno de juego, no actuó para la seguridad de los niños, hecho este que nos entristece profundamente”.
Esto “desgraciadamente”, han aclarado que “no debió ser bien interpretado por parte de todos los padres, acabando con los incidentes que ya conocemos. Tenemos claro que la decisión de retirar el equipo infantil de la competición era la más complicada y dura de todas las que se podían tomar, pero la asumimos como una medida que busca ante todo proteger a nuestros hijos en unos momentos muy difíciles para todos. Pensamos que estudiadas todas las alternativas esta es la mejor opción, siempre y cuando se deje claro que no queremos culpabilizar en ningún caso a los niños de los incidentes, y no queremos que suponga el castigo añadido de privarlos de la práctica deportiva de fútbol”.
Apoyos
De igual manera, apoyan al entrenador del equipo, “todo un ejemplo en la educación de valores, y pensamos que muchos deberían aprender de él. En este sentido, la junta gestora se compromete a reiniciar los entrenamientos del equipo infantil para terminar el curso deportivo 2016-2017 y programar un calendario de partidos amistosos buscando la colaboración e implicación de la Federación Balear de Fútbol y de los clubes de Mallorca que ya nos han enviado mensajes de solidaridad y se han puesto a nuestra disposición para todo lo que necesitamos”.
Aseguran que “los niños, las familias y el club estamos viviendo unos días muy duros, con muchas presiones y tensiones, y por esta razón todos somos conscientes de que podemos cometer errores en determinadas acciones, decisiones o comunicaciones”.
Por tanto piden disculpas y comprensión máxima a jugadores, socios, seguidores, “al resto de familias del club, y en toda la gente que de una manera u otra pueda haberse visto afectada. Esperamos darle la vuelta entre todos esta situación, aprender de las equivocaciones, y aprovechar todo lo que hemos vivido estos días para mejorar de cara al futuro, de igual manera que lo hagan el resto de clubes en particular y la sociedad en general”.
En contra de la violencia en el fútbol base
El Real Mallorca ha decido llevar a cabo una iniciativa para sensibilizar a jugadores y familiares después de los desagradables acontecimientos vividos en Alaró. El club rechaza cualquier tipo de violencia en el fútbol y reclama responsabilidad social sobretodo cuando se trata de menores. Por este motivo, este fin de semana, en todos los partidos de Sa Fàbrica celebrados en la Ciudad Deportiva Antonio Asensio, los niños saldrán al terreno de juego de la mano de un padre o madre del equipo visitante.
El comportamiento en la grada es parte de la formación en el fútbol y el club quiere mostrar una vez más su rechazo a la violencia verbal y física, discriminación o presión que puedan sufrir los participantes del juego. El acto representado en el inicio de cada partido acabará en el medio del campo con aplausos a modo de protesta.
