viernes. 19.04.2024

Nueva temporada turística, viejos dramas

Inicio de la temporada turística en Calvià y los problemas de siempre han vuelto. Mientras otros partidos como Podemos se pelean por destruir lo que nos da de comer, el turismo, regresa la prostitución a las calles –ahora convertida en robos y atracos a turistas ebrios–, el alcohol barato y el desprestigio de lugares como Magaluf.

Las malas noticias acerca de Calvià siguen acumulándose en los medios de comunicación y no precisamente con cuentagotas. Hace poco menos de un mes tuvimos la trágica noticia de un turista que murió atropellado en Punta Ballena por un coche que creía hacer rallyes. La víctima, que se encontraba tirada en la acera a causa del estado de embriaguez en el que estaba, ni siquiera se percató de que un vehículo conducido por un hombre ebrio y drogado iba directo hacia él.

Poseemos un patrimonio paisajístico de una diversidad tal, que no se entiende como sólo se explota el turismo de sol y playa. En temporada baja, los hoteles permanecen cerrados al no promocionarse otras alternativas, como el turismo rural, el cicloturismo o el golfista.

Los principales problemas del inicio de la legislatura: la venta ambulante, la prostitución en las calles, el tráfico de drogas, el alcohol en los hoteles del todo incluido… todos ellos siguen ahí, y además seguimos teniendo el eterno problema del intento de regulación del alquiler vacacional.

El Pacte está empeñado en destruir el turismo, nuestra mayor fuente de riqueza hasta que se recuperen los mercados de Marruecos y Turquía, pues será entonces cuando supliquemos que esos turistas que ahora vienen, vuelvan.

Tenemos un Govern que no entiende que el turismo supone el 80% de nuestro PIB y que lo que se debe potenciar son las alternativas turísticas de temporada media, con infraestructuras adaptadas a agradar a este tipo de visitante que apuesta por el deporte. Para notar mejoras necesitamos inversión: carreteras con arcén de 50 cm para ciclistas, campañas de concienciación vial, líneas de ayuda a negocios para renovarse, promoción de la oferta gastronómica de les Illes Balears, fomento de las rutas cicloturísticas que conecten diversos pueblos, formación de jóvenes en mercados como el de la restauración y la rehabilitación náutica. De momento, auguro un cúmulo de problemas y una escasez de soluciones, porque los que gobiernan no entienden que la riqueza genera empleo.

Nueva temporada turística, viejos dramas