jueves. 28.03.2024

Carles Puigdemont no entiende ni acepta haber sido cesado de su cargo. El independentista insiste en reivindicar, desde la capital belga, su ‘Gobierno legítimo’. Ni acepta la posición de ex presidente ni el sueldo que ello conlleva. Se lo ha dicho muy claro al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, quien le daba un ultimátum: diez días para acatar el 155 o pierde la pensión de ‘ex’ presidente.

Los ex presidentes de la Generalidad se benefician del 80% del sueldo durante la mitad de su tiempo en el cargo y durante un mínimo de 4 años. Es decir que Puigdemont, tras 22 meses, podría cobrar la pensión de ‘ex’ durante los próximos 4 años. Y a partir de los 65 años, una pensión vitalicia correspondiente al 60% del sueldo.

Pero resulta que Puigdemont, que entretanto la legislatura había desistido a su remuneración como diputado en el Parlamento, sí se dará de alta para cobrar el sueldo base de los parlamentarios (que le corresponde) durante la transición y hasta que se constituya la próxima legislatura.

Lo mismo para los consellers (¿ex?) Jordi Turull y Josep Rull, sin retribución. Pero, l haber conservado el escaño sí que se acogerán al derecho de los diputados a cobrar el sueldo base hasta que se legalice la nueva Cámara.

En el caso del vicepresidente Junqueras y los otros consellers, que sí renunciaron al escaño una vez asumidos sus departamentos, sí habrían decidido acogerse a la pensión correspondiente, y el Departamento de Economía al Ministerio de Hacienda lo sabe.

Que el ‘ex’ no cobre este sueldo no supone, para nada, que pierda el derecho a disponer, tras un relevo formal al frente del Gobierno, de un despacho y del reconocimiento institucional que el Parlament concede a los ‘ex’ de la Generalitat.

Puigdemont decide renunciar al sueldo que corresponde a los ‘ex’