Hay un refrán que dice que “no se puede estar en misa y repicando”. Al parecer, Raúl C.Z. no era de los que estaban en misa repicando, más bien blasfemando y lanzado soflamas anticlericales a todos los presentes que no salían de su asombro. La Policía Local, ante la injerencia en la labor pastoral del sacerdote, tuvo que intervenir.
Los hechos sucedieron hace dos días en la parroquia San Alonso Rodríguez situada en la calle Miquel Marqués de Palma. Sobre la ocho de la tarde, el policía de barrio acude a la parroquia ante la insistencia del párroco quien le conmina a que actúe porque un individuo, en lugar de acercarse a la parroquia a orar y escuchar la santa misa, se dedica a lanzar soflamas anticlericales a los presentes, que no dan crédito a lo que oyen.
Curiosamente, el acusado de las proclamas anticlericales se encontraba en la zona y preguntado por su actitud, éste se escuda en su derecho a la libertad de expresión para hablar de lo que le venga en gana a lo que el Policía Local le insta a respetar el derecho a la libertad de expresión de los creyentes.
Cuando todo parecía que volvía a la normalidad, la Policía Local comprueba que este individuo tenía orden de búsqueda en un juzgado.
Lo que hubiese pasado por una simpe regañina, se convirtió en una detención en toda regla.