jueves. 28.03.2024

El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI)  Baleares ha puesto en manos del  Jesús María Luna la responsabilidad de continuar en los próximos años  luchando con el objetivo de lograr la visibilidad de los ciudadanos para con este colectivo y que se reconozcan más derechos a  las personas con discapacidades.

Jesús María Luna hace hincapié en que en los próximos ejercicios,  el Cermi orientará sus estrategias  “hacia la movilidad, la accesibilidad universal y los derechos de este colectivo de personas”.

Uno de los mayores éxitos de la Cermi ha sido el acceso de las personas discapacitadas al mundo laboral. En este punto, el nuevo presidente  ha subrayado que “aunque existen bonificaciones a las empresas para la contratación de personas discapacitadas, nuestro objetivo es aumentar al máximo las ayudas para la formación y especialización”. Esta formación es muy bien recibida en sectores estratégicos de Balears, especialmente en el sector servicios  “donde un altísimo porcentaje de  discapacitados trabajan en diferentes  áreas como jardinería o mantenimiento”, señala Jesús quien  concluye que “lo que intentamos en formar a la personas para que en un futuro puedan trabajar tanto como asalariados o como  autónomos”.

El nuevo presidente  desea resaltar el hecho de que en la actualidad, una de las premisas más importantes que tienen es la de lograr “la visibilidad social, es decir, que el resto de la sociedad perciba lo que son capaces de hacer las personas discapacitadas. Hoy en día, se accede con mayor facilidad a puestos de trabajo y las instituciones  han  actuado contras las dificultades  a las que están expuestas estas personas. No obstante, hay que seguir  trabajando”.

En relación con la accesibilidad universal, Jesús María Luna explica quede que “nuestro objetivo en 2017 era de ya no hubiesen barreras arquitectónicas pero lamentablemente no se ha hecho todo lo que se debería hacer. Los edificios públicos ya disponen de accesos adaptados pero nos encontramos con el problema de la imposibilidad de acceder a los edificios protegidos que, al estar protegidos, son más complicados de adaptarlos”.

La formación, clave para que las personas discapacitadas entren en el mundo laboral