jueves. 28.03.2024

Para quien no lo conozca, Matías Rebassa es el Director de Comunicación y Relaciones Externas del Real Mallorca. Fue presidente de la Federación de Peñas del equipo rojillo y de la noche a la mañana se convirtió en la mano derecha de Vicenç Grande, desaparecido en combate, que le dio el cargo que todavía ostenta.

 

El hombre que dirige el departamento de comunicación de un club de primera división, no ha trabajado en ningún medio de prensa y lo más redondo que conoce, no es precisamente un micrófono, sino una botella de champagne. Recordemos que este señor era representante de una conocida marca de caldo espumoso.

 

Pues bien, en la época de Grande, Rebassa hacía y deshacía en el club bermellón. Se encargaba de gestionar todo lo que se publicaba, pedir la cabeza de algún que otro periodista, vetar la entrada a Son Moix de un locutor de radio, aconsejar a su presidente, estar presente en todas las reuniones, viajar por toda España. Y un largo etcétera… En resumen, era el “perro lazarillo“ de Grande, el “gurú” del Mallorca.

 

Y lo que son las cosas, con la entrada de Mateu Alemany. Matías Rebassa ha sido relegado, no a un segundo plano, a un tercero o a un cuarto. Se ha convertido, no en un cero a la izquierda, sino en un cero a ambos lados.

 

Es sabido que sigue en el club porque Grande le blindó bien su contrato, favor se paga con favor. Pero también es sabido que, el que antes hacía lo que quería en el Mallorca, ahora ya no. Cuando hay una reunión del consejo de administración o de cualquier otra cosa, Maties Rebassa se queda en la puerta esperando a que acabe la reunión. Antes, entraba y salía a su antojo.

 

Quién te ha visto y quién te ve, Matías. Eres el claro ejemplo de esa máxima que dice: “que lo importante no es llegar, sino mantenerse”.

Matías Rebassa, quién te ha visto y quién te ve