18 de marzo de 2009, 8:22
La vergonzosa campaña del Vaticano contra el aborto ha costado 250.000 euros, de los que la mitad han sido aportados por las diócesis, y el 50% restante, por la Conferencia Episcopal, quien ha negado que los fondos provengan del IRPF.
El episcopado se vanagloria del escaso coste de la misma, comparándola con los casi 3 millones de euros que se gastaron en la campaña de la Renta.
La campaña es una clara injerencia política y sólo es entendible su externalización, al ver lo vacíos que se encuentran los centros de culto católico...casi tanto como los campos de golf.