viernes. 29.03.2024

El pasado 25 de marzo, este diario, publicó un confidencial titulado: “Alemany revisa el contrato de la discordia”. En él contábamos lo siguiente:

"El presidente del Real Mallorca, Mateu Alemany, ha puesto en manos de los abogados, el contrato blindado que le hizo Vicenç Grande, al actual jefe de comunicación y relaciones externas del Mallorca, Matías Rebassa.

Resulta que Grande, para asegurar la continuidad de su mano derecha, impuso una indemnización casi inasumible para la entidad rojilla, si querían echar a Rebassa.

De todos es sabido, que Alemany no cuenta para nada con el ex-representante de una conocida marca de líquido espumoso. Y está averiguando si por la vía legal, puede prescindir de sus servicios, sin pagarle la millonaria indemnización. Los abogados alegan, que dicho contrato fue realizado y firmado, antes de que se anunciara la suspensión de pagos. Por ese motivo, podría ser anulado."

Pues bien, hoy miércoles 1 de abril. El diario, Ultima Hora, en la página 39, ha publicado una noticia bajo el título: “El Mallorca considera “fraudualento” el contrato de Matías Rebassa como ejecutivo del club”.

El cuerpo de esta noticia, publicada por nuestros compañeros, confirma lo que nosotros dimos a conocer, la semana pasada. Además, le pone números a la cláusula de Rebassa, que es de quinientos mil euros que se le deberían , en el caso de que el club quisiera deshacerse de sus servicios.

Es curioso, que un hombre que ha sido presidente de las Peñas del Mallorca, que lleva en el corazón al club rojillo. En los últimos años utilice al equipo de sus amores para llenarse los bolsillos y colocarlo en una situación económica muy comprometida.

Ya no cuentan con él, deambula por los despachos de Son Moix como alma en pena, a la espera de que alguien le diga lo que debe hacer. Él es consciente, que Alemany no le quiere, pero no se marchará hasta que no cobre el último euro.

Qué tiempos aquellos, cuando Rebassa vestía con el chándal del Mallorca y llevaba la gorra rojilla, con los cuernos de Dimonió. Ahora viste con traje y corbata a medida, y espera con la palma de la mano abierta, que le pongan encima de ella, los billetes recién salidos de las arcas del club de sus amores.

El contrato de Matías Rebassa al descubierto