viernes. 29.03.2024

El 34% de niños y jóvenes homosexuales que sufren insultos y agresiones de sus compañeros por su orientación sexual no lo explican a nadie y el 20% que se decide a hacerlo lo dice en primer lugar a un amigo íntimo y después a sus progenitores, según explicó a Europa Press el presidente del Instituto Catalán de Estudios de la Violencia (Icev) y antropólogo, Joan Merino.

Esta organización, junto con entidades de homosexuales y jóvenes, entre otras, ha elaborado un estudio para conocer el fenómeno del 'bullyng homófobo', que son las agresiones a compañeros del colegio por su orientación sexual, a través de encuestas a menores y jóvenes homosexuales.

La investigación revela, en un primer estadio, que el 32% de agresiones o insultos se producen en el patio, el 11,7% en las aulas, el 11,6% en los pasillos y el 29% fuera de las instalaciones del centro. Sólo el 2,4% tiene lugar en los lavabos.

Internet también se ha convertido en una vía para realizar este tipo de 'bullyng', ya que el 23,5% de las víctimas asegura haber recibido insultos a través del chat, aunque no llega al 3% los que lo han hecho a través de Facebook y otras redes sociales, por lo que Merino rehusó a hablar de 'ciber bullyng'.

Otras formas de insultar son a través del teléfono, con notas escritas, mensajes de móvil y a través de la pizarra, todas ellas con una incidencia del 5%, a excepción de la pizarra con un 8%.

IMPUNIDAD Y SOLEDAD

Para Merino, estos datos revelan la "impunidad" de este tipo de actuaciones ya que la mayoría se producen en zonas donde profesores y el resto de alumnos lo ven. Lamentó que, en caso de castigar a los autores, no se tiene en cuenta el carácter homófobo y reciben el mismo castigo que por otro tipo de insulto o agresión.

Las víctimas reclaman la implicación de los maestros para poder abordar estos temas y observan que la orientación sexual es un tema "incómodo" aún entre los profesores para tratarlo en las clases.

Ante esta situación, muchas víctimas se sientes solas y deciden no explicar lo que les ocurre. Merino criticó también que cuando se observa una orientación sexual diferente se acostumbra a instar a la familia a que lleve al menor al psicólogo por un problema de adaptación, cuando los niños reconocen que no tienen un problema de esas características.

La comunidad escolar no atiende al "bullyng homófobo"