jueves. 28.03.2024

El volcán situado bajo el glaciar Eyjafjallajökull, en el sur de Islandia, continuaba hoy expulsando a la atmósfera un torrente continuo de cenizas y las perturbaciones por la erupción seguían causando temblores en los alrededores del centro de la falla.

La ceniza formaba una gran nube a gran altura que cubre ya gran parte del norte y el centro de Europa, impidiendo el tráfico aéreo, pero en Islandia la ceniza era algo mucho más tangible, que cubría las calles y campos del país. Los ganaderos han tenido que resguardar sus rebaños ante el riesgo que suponen las cenizas, perjudiciales también para los humanos.

La Agencia Meteorológica islandesa ha informado de la creciente intensidad de los temblores provocados por la erupción en comparación con los del sábado, aunque también constatan que la columna de humo es ahora de entre 4 y 5 kilómetros de altura, frente a los 11 kilómetros que alcanzó poco después de la erupción del 14 de abril.

"Son signos confusos. Hay algunos datos que apuntan a una disminución de la erupción, pero otros muestran que no está disminuyendo", afirmó un geofísico de la Agencia, Einar Kjartansson, en declaraciones a Reuters.

Un portavoz del Departamento de Protección Civil, Vidir Reynisson, explicó que algunas zonas cercanas al volcán estaban en total oscuridad en pleno día debido a las cenizas. "Hay lugares en los que ni siquiera puedes verte la palma de la mano", afirmó. El Departamento recomienda a la gente que permanezca en sus casas, e incluso algunos han evacuado la zona voluntariamente. Además, aconseja a la población que mantengan los hogares caldeados, ya que así se impide la penetración de cenizas.

Los servicios de emergencia también están alerta ante el riesgo de que el peso de la ceniza acumulada haga que cedan algunas estructuras.

Entre los datos que sí son positivos se encuentra la anulación del peligro de inundaciones provocadas por la erupción. La lava ha causado el derretimiento de parte del glaciar y la correspondiente crecida de los ríos de la zona. En concreto, Kjartansson indicó que se cree que el volcán podría haber derretido hasta el 10 por ciento del glaciar, aunque apuntó que el deshielo se ha ralentizado en las últimas horas.

Este glaciar en concreto tiene unos 200 metros de altura, una dimensión mucho menor que las de otros glaciares que han sufrido erupciones volcánicas en su interior. Esto provoca que hay menos hielo, y agua, para sofocar la erupción. "Supone una producción más intensa de cenizas", explicó Kjartansson.

El volcán podría tardar meses en abrirse paso a través del resto del glaciar, lo que finalmente interrumpiría la emisión de vapor y ceniza, que serían sustituidos por la emisión de lava.

A efectos de tráfico aéreo, Keflavik, aeropuerto de la capital, Reikiavik, mantiene ininterrumpidamente sus trayectos hacia América y ha comenzado a reanudar los servicios hacia el norte de noruega.

El glaciar Eyjafjallajökull es un destino frecuente de excursionistas islandeses y está situado a unos 120 kilómetros al sureste de Reikiavik.

El volcán Eyjafjallajökull sigue expulsando cenizas