jueves. 28.03.2024

La jornada electoral que este jueves celebra Reino Unido con indicios de una alta participación, lo que prueba el interés que los comicios más disputados en décadas han despertado a pesar de escándalos como el desencadenado el pasado año por los gastos de los diputados o el desencanto entre los ciudadanos por la peor recesión sufrida en el país desde que existen los registros.

A pesar de que las islas carecen del descanso de 24 horas de reflexión de sistemas como el español, de modo que los partidos pueden hacer campaña hasta el final, el día de las votaciones está prohibida la difusión de encuestas. En consecuencia, este 6 de mayo se mantiene la incertidumbre con la que arrancó la carrera por el 10 de Downing Street en la que, de momento, el conservador David Cameron aparece aventajado, pero sin garantías de obtener la mayoría absoluta.

De confirmarse este escenario, la Cámara de los Comunes registraría un reparto de la tarta parlamentaria sin hegemonías por primera vez desde 1974, cuando ninguna formación logró acaparar al menos la mitad de los escaños, algo inédito desde el fin de la II Guerra Mundial.

Los datos de participación tampoco se hacen públicos en Reino Unido, si bien los indicios apuntan a una alta movilización, que garantizaría superar el 61 por ciento de las últimas generales. Los analistas esperan que el porcentaje se incremente, al menos, en cinco puntos respecto a 2005, cuando las urnas otorgaron la tercera mayoría absoluta al Laborismo con Tony Blair como aspirante a la reelección.

En esta ocasión, los tres candidatos se estrenan como cabeza de lista. De la terna, el conservador David Cameron fue el más madrugador a la hora de ir a votar. En torno a las 10.30 horas (una más, en horario peninsular), el líder 'tory' acudía a depositar su papeleta junto a su esposa, Samantha, en la circunscripción de Witney, en el condado de Oxford, a la que representa en Westminster desde 2001.

Apenas 45 minutos después, el primer ministro, Gordon Brown, hizo lo propio en su distrito escocés de Fife, donde ha venido votando desde que en 1983 se hizo con el asiento de Kirckaldy en la Cámara de los Comunes. El primer ministro concurrió también con su mujer, Sarah, al igual que posteriormente el tercero en discordia, Nick Clegg, si bien el candidato liberaldemócrata se verá privado de la papeleta de su cónyuge, Miriam González Durantez, puesto que ésta no puede votar por mantenerse en el censo electoral español. Aún así, ambos aparecieron juntos en Sheffield, donde el considerado la revelación de la campaña ejerce como diputado desde la legislatura que toca ahora a su fin.

SIN DECLARACIONES

Ninguno hizo declaraciones, si bien el líder en las encuestas, David Cameron, dijo sentirse "bien". "Lo dejaré así", declaró a los medios de comunicación que lo esperaban a la salida del colegio electoral, si bien los mismos sondeos se resisten a garantizarle la mayoría absoluta. La última de las publicadas, en el diario 'The Guardian', le otorgaba, no obstante, un destacado margen de hasta ocho puntos con respecto a los laboristas, que lo acercarían notablemente al límite de los 326 escaños que marcan la hegemonía en Westminster.

Este año son 650 los que están en juego, la mayoría, hasta 533, en Inglaterra, por los 59 de Escocia, los 40 de Gales y los 18 de Irlanda del Norte. Aún así, en una de las plazas ingleses, la de Thirsk and Malton, la votación ha sido retrasada hasta el 27 de mayo, debido a la muerte de uno de los candidatos durante la campaña.

Un incidente que se suma al acontecido esta mañana, cuando tuvo lugar el susto de la jornada. La avioneta en la que viajaba el anterior líder del Partido por la Independencia de Reino Unido y candidato por Buckingham, Nigel Farage, sufrió un accidente que, con todo, no revistió gravedad para el actual eurodiputado, que concurre en la misma circunscripción que el presidente del Parlamento, un puesto semipermanente en Reino Unido que, de manera tácita, no entra en la contienda electoral.

El total de ciudadanos registrados para tomar parte en esta cita supera los 44 millones de personas. Desde las 7.00 horas (una más en la Península Ibérica) han tenido oportunidad de pasarse por uno de los 42.000 colegios electorales habilitados en todo el país para las consideradas elecciones más inciertas en décadas. El plazo para escoger papeleta concluye a las 22.00 horas (una hora más en España), tras lo que la mayoría de las circunscripciones comenzarán con el recuento.

OBJETIVOS RENOVADOS

El objetivo este año es acelerar el proceso, si bien en 20 las papeletas no comenzarán a contarse hasta mañana. En cualquier caso, las previsiones confían en que más del 95 por ciento estén escrutadas esta madrugada. En total, 4.150 candidatos aspiran a un escaño, esta legislatura estaban hasta diez partidos representados.

En esta ocasión, existen dudas acerca de la posibilidad de la entrada de nuevas formaciones, entre ellas, el Partido Nacionalista Británico (BNP, en sus siglas en inglés), una organización de corte xenófobo que en las europeas del pasado junio consiguió hasta dos escaños en la Eurocámara.

Además, junto a las generales, hasta 164 autoridades locales de Inglaterra celebran elecciones, en las que se juegan hasta cuatro alcaldías. Las primeras estimaciones se prevén en torno a la medianoche en España, si bien, debido a lo ajustado de las previsiones, a pesar de que el nuevo reequilibrio de fuerzas se concrete a primeras horas del viernes, no parece que el mapa político definitivo de este 6 de mayo garantice a los ciudadanos conocer antes del fin de semana el nombre de su próximo primer ministro.

De confirmarse las estimaciones que apuntan las encuestas, las urnas darían paso a una nueva fase de negociaciones, una práctica apenas empleada en Reino Unido en las últimas décadas, puesto que el precedente más reciente de un Legislativo sin mayorías data de febrero 1974.

Por entonces, la inestabilidad derivada de la debilidad del Ejecutivo motivó una nueva convocatoria electoral en otoño de ese mismo año. Un desenlace alertado en esta ocasión por los dos principales partidos, frente a la "oportunidad" que la, de momento, tercera fuerza, detecta en un panorama que obligue a los grupos políticos a debatir.

Alta participación en las elecciones británicas