viernes. 29.03.2024

Los secretarios generales de CC.OO. y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, se han mostrado convencidos de que la huelga general del próximo 29 de septiembre servirá para que el Gobierno dé marcha atrás en la reforma laboral que acaba de aprobar el Congreso de los Diputados y rectifique como ha hecho en las últimas horas al dar luz verde a algunos ayuntamientos para endeudarse.

Así lo indicaron en declaraciones durante el acto multitudinario de preparación del paro general que congregó a unos 16.000 representantes sindicales en el Palacio de Vistalegre de Madrid y a otras más de 3.000 personas que se quedaron a las puertas.

Según Méndez, el Gobierno "ha hecho la enésima rectificación" con la deuda de los ayuntamientos, pero no la última. "A partir del 29 de septiembre tendrán que rectificar en relación con lo que hoy se está aprobando (reforma laboral)" y sobre su propósito de ampliar de forma "impuesta y obligatoria" la edad de jubilación hasta los 67 años.

Toxo aseguró que el último viraje del Ejecutivo "es una manifestación más de lo errático de las políticas del Gobierno". "Lo que era bueno hace unos días, ya no lo es en este momento", añadió para apostillar: "Espero que lo que aplaudían en aquel momento critiquen ahora y no se sumen al coro".

HUELGA GENERAL Y DIMISIÓN DE ZAPATERO.

Dicho esto, el líder de CC.OO. recordó que el acto celebrado en Vistalegre supone un "impulso definitivo en el camino a la huelga general, que tiene su desencadenante en la reforma laboral que hoy se ha aprobado en el Congreso tras un trámite final "en una loca carrera precipitada en el Parlamento".

Así, tras acusar al Gobierno de dar "un giro a la derecha", Toxo apuntó que "hoy más que nunca tiene sentido la huelga general". En este sentido, confió en que "ésta sea un éxito de participación y que de ella se derive un cambio en las políticas del Gobierno", no sólo en materia laboral, sino también en lo que se refiere a las propuestas referidas a la protección por desempleo y la reforma del sistema de pensiones.

"Nadie cuestiona la legitimidad del Congreso de los Diputados, pero hay otras formas democráticas de expresión, como ésta, que es una suerte de cámara popular representativa que se va a hacer visibles, por si alguien no lo ha visto todavía, el próximo 29 de septiembre".

"Para que sus designios se cumplan necesitan un país apático, amnésico", dijo para apostillar que "la reforma laboral es reversible".

Por su parte, el secretario general de UGT animó a trabajar "a tope" para llegar "hasta el tuétano de las empresas" para que los trabajadores conozcan las posibles consecuencias del "aluvión de medidas del Gobierno".

Por su parte, Méndez lamentó que, mientras que el acto sindical ha sido organizado para "defender lo que necesita el país", el Congreso ha aprobado "un paso atrás en materia de derechos, de calidad laboral, así como un proyecto que no servirá como revulsivo en la lucha contra el paro". "Le pongan un puno y coma, le quiten un punto y coma, la reforma laboral es una regresión social muy clara", concluyó.

Por otro lado, Méndez, que mostró su apoyo a los paros convocados por los mineros del carbón y por la Guardia Civil, afirmó que el año 2010 "va a tener dos días de la Constitución , el 6 de diciembre, y el 29 de septiembre". "El 29 será el día de la Constitución", añadió.

Dicho esto, el líder de UGT lanzó sus ataques contra el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a quien acusó de contradecir de forma "flagrante" su discurso de defensa de las políticas sociales de hace unos meses. "El problema no es que se haya quedado sin discurso, sino que ha abrazado con desesperación el discurso que rechazaba hasta hace poco", apostilló.

¡ZAPATERO DIMISIÓN!

De esta forma, los líderes sindicales arengaron a los alrededor de 16.000 representantes sindicales reunidos en el Palacio de Vistalegre de Madrid, al que no pudieron acceder más de 3.000 personas.

Si el acto comenzaba con una multitud rodeando el Palacio, entre ellos muchos jóvenes con caretas blancas y carteles en las que, de forma simbólica, se vendían becarios en oferta, al final, los gritos que decían "¡Zapatero dimisión!" casi tapaban las últimas palabras de los líderes sindicales.

Tras alrededor de tres horas, en las que el cantante Pedro Guerra o la actriz Petra Martínez se encargaron de amenizar el acto, plagado de banderas rojas con las iniciales de los sindicatos, sonó La Internacional, con la que se puso el punto final.

Miles de sindicalistas piden la dimisión de Zapatero