jueves. 28.03.2024

Un nuevo asteroide que se aproxima a la Tierra podría proporcionar una de las mejores oportunidades de los últimos años para su observación con telescopios pequeños, así como para facilitar en el campo profesional un estudio pormenorizado de su estructura física.

Según la British Astronomical Association, se trata de la mejor oportunidad de estudiar un Asteroide Cercano a la Tierra (NEO) de los últimos años, debido a su buena localización en el cielo, a su relativo lento desplazamiento, a su tamaño y su proximidad cercana a la de la Luna.

2011 GP59, como ha sido designado provisionalmente ese objeto por la Unión Astronómica Internacional, fue descubierto la noche del pasado 8 de Abril desde la Estación Robótica de Detección y Seguimiento de NEOs que el Observatorio Astronómico de Mallorca (OAM), tiene instalada en La Sierra de la Sagra (La Sagra Sky Survey). Gracias al seguimiento aportado por otros observatorios, tras su descubrimiento, y comunicación al Centro de Planetas Menores de Boston (MPC), se pudo determinar una órbita inicial, cercana pero no peligrosa para la Tierra y unas dimensiones aproximadas del objeto, en torno a los 60 metros. Su órbita es del Tipo "Aten", interior a la Tierra, entre Venus y nuestro planeta, pero debido a su excentricidad, esporádicamente, como ha ocurrido en esta ocasión, se hace exterior a la Tierra, lo que favoreció su detección y actual observación.

El objeto, todavía aproximándose a la Tierra, pasará a las 19h del día 15 de Abril a su mínima distancia, para alejarse lentamente los días sucesivos. En el momento del máximo acercamiento alcanzará un brillo alrededor de magnitud 13,2 y se desplazará por el cielo a unos 180 segundos de arco por minuto (el equivalente a recorrer el diámetro de la Luna Llena cada 10 minutos)

En las imágenes del descubrimiento ya se detectó en él un inusual y brusco cambio de brillo cada pocos minutos, estudios fotométricos posteriores llevados a cabo las últimas horas desde diferentes observatorios, entre ellos el Observatorio Lowell (Arizona-USA), confirman que ese amplio cambio de brillo responde al rápido periodo de rotación de un objeto extremadamente estrecho y alargado, que cuando muestra una de sus caras refleja mucha más luz que cuando muestra uno de sus polos o extremos. La amplitud de ese cambio de luz es de más de 2 magnitudes y su periodo de rotación de tan solo 7.3 minutos, estableciéndose todo un récord en cuanto a rango de variabilidad y velocidad rotacional, y consecuentemente generando muchas cuestiones en relación a qué tipo de composición y forma podría corresponder a dicho comportamiento.

Una conclusión que se deriva ya de su estudio preliminar, es que su composición debe ser monolítica y casi forzosamente metálica, posiblemente se trate de un fragmento muy alargado de Hierro-Níquel de más de 60 metros en su eje longitudinal. Cualquier otra estructura rocosa no podría soportar la rapidísima rotación a la que está sujeto y la fuerza centrífuga producida al girar, muy superior a la pequeña gravedad que cohesionaría el material, hubiese hecho despedazar el objeto.

Especulaciones de última hora intentan buscar también un origen artificial al objeto, como la fase de un cohete con esa forma alargada y metálica, pero ni su órbita ni su tamaño se ajustan a la de ningún objeto lanzado desde la Tierra.

Las observaciones de los próximos días por parte de diferentes equipos y telescopios desde diferentes puntos del planeta permitirán confirmar la naturaleza y las características de ese cuerpo, mientras el aficionado a la astronomía podrá seguir visualmente el lento desplazamiento de ese objeto entre las estrellas con tan solo un telescopio de 20 cms.

Un asteroide que se aproxima a la Tierra observado desde el OAM