Hace un año la justicia británica detenía en Londres a Julian Assange, fundador de Wikileaks, en virtud de una reclamación de la justicia sueca por violación y otros delitos menores.
El portal de Internet Wikileaks había ganado notoriedad los meses anteriores a su arresto por desvelar cientos de miles de documentos con información comprometedora sobre la actuación de EEUU en los conflictos armados de Afganistán e Irak o las comunicaciones de su servicio diplomático en todo el mundo.
Las revelaciones fueron publicadas por varios medios de comunicación occidentales y levantaron una agria polémica en Estados Unidos, donde algunos políticos de extremaderecha pidieron su ejecución.
En octubre de 2011 decidió dejar de divulgar secretos oficiales por falta de financiación. El anuncio llegaba después de que algunos de los medios que habían publicado las revelaciones le criticaran por desvelar identidades de fuentes protegidas.
