viernes. 29.03.2024

Los 9 artesanos del Gremi d´Artesans de IdM-PIMEM, establecidos en las casetas del final de la Rambla palmesana desde el 25 de noviembre, han visto incrementadas las ventas este año entre un 20-30% con respecto a las del 2010, un hecho que atribuyen a la cancelación de Baleart, que ha supuesto un duro revés económico para todo el sector artesanal de Mallorca.

“Hemos notado un ligero incremento en las ventas con respecto al pasado año aquí en las Ramblas este año, pero la cancelación de Baleart ha supuesto un duro golpe para todo el sector de la artesanía en su conjunto. Y además seguimos reclamando al Govern que se celebre esta emblemática feria el próximo año. Se trata de un evento imprescindible para la superviviencia de nuestra cultura artesanal y de nuestros talleres, y su cancelación ha supuesto un paso atrás para nuestra artesanía, que contaba desde hace 26 años con su propia feria”, asegura María Oliver, vicepresidenta del Gremio.

Este año, y gracias a las gestiones del Gremi d´Artesans, sus casetas están situados en una zona común y lucen el distintivo que las acredita como artesanos. Además, han conseguido tener algo más de espacio, lo que les permite realizar demostraciones de taller en la propia caseta.

El próximo evento que esperan los artesanos como agua de mayo es el Día de Balears, en marzo, ya que la Fira del Fang de Marratxi se ha trasladado al mes de mayo. Mientras tanto, este colectivo, empresarios autónomos con taller propio en su mayoría, deben hacer frente al pago de todas las cargas fiscales, como cualquier empresario.

“Hay gente que nos ve como una especie de hippyes, de bohemios, y somos pequeños empresarios autónomos, con cargas familiares y fiscales, con más de 10 horas de trabajo diario para subsistir. Tenemos pocas oportunidades para poder vender nuestra artesanía, y de momento todas las ferias son imprescindibles, es la única posibilidad para los que no cuentan con taller de venta. Por eso estamos batallando para conseguir un centro artesanal, como ya existen en otras ciudades como Barcelona o Madrid, en el que nos podamos establecer de manera permanente como punto de venta y exposición”, dice María Oliver.

Los artesanos instalados en la Rambla logran incrementar las ventas entre un 20 y 30%