viernes. 29.03.2024

Tras la contracción de la producción que se produjo a finales de 2011, se estima que la economía de la UE atraviesa actualmente por una suave recesión. Aunque la incertidumbre acerca de las perspectivas económicas y financieras sigue siendo elevada, las fuertes medidas políticas y los importantes avances en el marco institucional de la UE han logrado aliviar las tensiones en los mercados financieros a principios de 2012 y estabilizar provisionalmente la confianza, que se espera se refuerce a lo largo del periodo de la previsión. Junto con la aceleración del crecimiento global que se espera, se prevé que la recuperación se asiente lentamente a partir del segundo semestre del año. La imagen presentada en la previsión intermedia de febrero se confirma a grandes rasgos para 2012; en ella se prevé que el PIB se estanque en la UE y que se contraiga en un 0,3 % en la zona del euro. Para 2013, se prevé un crecimiento del 1,3 % en la UE y del 1,0 % en la zona del euro. Por su parte, se prevé que el desempleo se mantenga en un nivel elevado, que será del 10 % en la UE y del 11 % en la zona del euro en el periodo que abarca la previsión. En cuanto a la inflación, se irá moderando gradualmente a medida que el efecto de los elevados precios del petróleo y los impuestos se vaya reduciendo. Por otro lado, se prevé que siga avanzando la consolidación fiscal y que en 2013 los déficit públicos desciendan al 3,3 % en la UE y por debajo del 3 % en la zona euro. La situación económica difiere considerablemente de un Estado miembro a otro, también si se tienen en cuenta los ajustes en curso de las grandes disparidades que revisten las posiciones externas y las condiciones estructurales que han empezado a destacar en los últimos años.

Olli Rehn, Vicepresidente de la Comisión para Asuntos Económicos y Monetarios y el Euro ha afirmado lo siguiente: «Aunque la recuperación está a la vista, la situación económica sigue siendo frágil y aún hay grandes disparidades entre los Estados miembros. Somos testigos del ajuste en curso de los desequilibrios fiscal y estructural que se han producido antes y después del inicio de la crisis, y que han empeorado por el débil sentimiento económico que sigue existiendo. Sin una actuación aún más decidida, el bajo crecimiento puede mantenerse en la UE. Para lograr un crecimiento duradero son imprescindibles unas finanzas públicas saneadas; además, apoyándonos en el nuevo marco para la gobernanza económica, debemos respaldar el ajuste acelerando las políticas de estabilidad y fomento del crecimiento.»

Tenue recuperación a finales de año

La actividad económica de la UE se contrajo en el último trimestre de 2011 y se calcula que lo mismo ha sucedido en el primer trimestre de 2012. Se prevé que en el segundo semestre del año se inicie una recuperación gradual y que se acelere en 2013. No obstante, se espera que la recuperación sea tenue ya que diversos factores siguen pesando sobre la demanda interior. Los necesarios esfuerzos que deben realizar los bancos para seguir mejorando sus balances harán que las condiciones crediticias sigan siendo estrictas, si bien en conjunto la demanda de créditos sigue siendo débil por el momento. El consumo privado disminuirá debido al elevado desempleo, el lento crecimiento de los salarios y la inflación, así como a la elevada deuda que aqueja a los hogares de numerosos Estados miembros. Por último, la inversión privada también se sigue contrayendo, si bien, a lo largo del periodo de la previsión, debería empezar a disfrutar del esperado regreso de la confianza, de unos tipos de interés bajos y de un sólido crecimiento de la producción global. Se espera que el principal factor de crecimiento del PIB en 2012 será la positiva contribución de las exportaciones netas. Con todo, se cuenta con que una demanda interior gradualmente más firme se imponga en 2013. Esta previsión se basa en el supuesto de que la confianza se irá reforzando con el tiempo, a medida que los problemas provocados por la crisis se abordan de manera satisfactoria, aplicando con decisión las actuaciones políticas determinadas.

En conjunto se confirma en términos generales la imagen correspondiente a 2012 derivada de la previsión intermedia de febrero. Se prevé que este año el crecimiento anual del PIB sea nulo (0,0 %) en la UE y del -0,3 % en la zona del euro. Para 2013 se prevé un crecimiento modesto, que será del 1,3 % en la UE y del 1 % en la zona del euro. Si bien la ralentización ha afectado a todos los Estados miembros, se prevé que se mantengan las diferencias en relación al crecimiento debido a las diferentes necesidades de ajuste estructural, costes de financiación y sostenibilidad de las finanzas públicas. Prosigue el ajuste de los desequilibrios exteriores en los Estados miembros y se prevé que siga avanzando a lo largo del periodo de la previsión.

De manera coherente con la ralentización de la actividad económica, se prevé que el empleo se contraiga un 0,2 % en la UE (0,5 % en la zona del euro) en 2012. El crecimiento que se espera que se produzca debería conducir a una mejora gradual de los mercados laborales en 2013, lo que a su vez contribuirá a una recuperación más sostenida. Se prevé que el desempleo se mantenga en el 10,3 % en la UE a lo largo del periodo de previsiones y que se sitúe en el 11 % en 2013 en la zona del euro.

Mejora de las finanzas públicas

A pesar de la ralentización de la producción que se produjo en 2011, las finanzas públicas de la UE mejoraron considerablemente ese año. Gracias a una consolidación ya decidida, combinada con una recuperación económica gradual posterior a lo largo del periodo de previsiones, se prevé que los déficit presupuestarios sigan disminuyendo, pasando del 4,5 % del PIB en la UE (4,1 % en la zona del euro) en 2011 al 3,6 % en la EU (3,2 % en la zona del euro) en 2012 y un 3,3 % (2,9 %) en 2013, con grandes diferencias entre los Estados miembros. No obstante, ante el supuesto de que no se modifiquen las políticas, apenas cabe esperar que se produzcan mejoras estructurales en la UE en 2013. Se prevé que el aumento de los ratio deuda/PIB se ralentice y se sitúe en el 87,2 % del PIB en la UE (92,6 % en la zona del euro) en 2013.

Los aumentos de los precios de la energía y de los impuestos indirectos han sido los agentes principales de la inflación de los precios al consumo en los últimos trimestres, mientras que la ralentización económica contuvo las presiones subyacentes a los precios nacionales. Durante el periodo de la previsión se espera que la inflación se modere gradualmente y retroceda hasta situarse por debajo del 1,8 % en 2013.

Al igual que en febrero, en las previsiones sobre el PIB siguen predominando los riesgos de una tendencia a la baja. El principal riesgo sigue siendo la agravación de la crisis de la deuda soberana por un contagio financiero y un descenso drástico de la disponibilidad crediticia. Otro riesgo importante radica en la incertidumbre geopolítica, que podría dar lugar a una subida de los precios del petróleo. En sentido inverso, un rápido regreso de la confianza podría originar una recuperación más temprana y menos tenue. Además, la economía mundial podría demostrar ser más dinámica que lo que se prevé actualmente.

Los riesgos que se presentan con respecto a la inflación están equilibrados en líneas generales.

En el segundo semestre del año se iniciará una recuperación gradual de la economía europea