En mallorquín decimos "Dia passa, any empeny", y esta es la filosofía que debe imperar ahora en el Mallorca dilatando en el tiempo lo imparable, la salida de Jaume Cladera.
Ya hace más de una semana que Jaume Cladera y el secretario del Consejo se comprometieron a convocar para discutir el cese del presidente que como ya se ha demostrado está en minoría y la mayoría quiere cesarlo, demostrado en votación en el Consejo, en la petición de Claassen, incluso en un comunicado emitido por Biel Cerdà.
Sin embargo Cladera hace oídos sordos a la realidad y sigue aferrandose a una silla que ya no le corresponde y ahora rezuma desprestigio institucional, curioso el gesto de Cladera, cuando no dudó ni un segundo en sacar a Josep Pons de la presidencia del Club en su momento.
Todo ello en un Mallorca en barrena en todos sus aspectos, y con un Serra Ferrer al que muchos apuntan como verdadero culpable de lo que está pasando, a nivel deportivo por sus fichajes y a nivel institucional por no haber sabido llevar a buen puerto al Club, y una de las cosas que se desprenden de la lectura del comunicado de Cerdà del viernes, es la pérdida de autonomía de Serra Ferrer, hasta aquí ha llegado el tiempo de imponer mayorías, de singularidades, Serra Ferrer es el máximo accionista pero no es el único y ahora se impone el consenso, la negociación y el saber cumplir la palabra dada, y convocar al Consejo sería un gesto de que al menos alguien ha sabido captar el mensaje.
