viernes. 19.04.2024

Unas 130.000 personas han huido del distrito de Al Safira, en la provincia de Alepo, en Siria, escenario de violentos ataques desde el 8 de octubre. La ayuda humanitaria disponible es insuficiente para satisfacer las crecientes necesidades de estos desplazados.

Los combates, el fuego de artillería y los ataques aéreos han dejado 450 heridos en tan solo cinco días.

Los pacientes fueron ingresados en centros médicos apoyados por Médicos Sin Fronteras (MSF). En la localidad de Al Safira, entre el 1 y el 15 de octubre, se registraron 76 muertos. Un hospital de MSF en la región trató a 34 heridos.

“Estos ataques extremadamente violentos han empujado a algunos que ya habían huido a un nuevo éxodo”, dice Marie-Noëlle Rodrigue, directora de operaciones de MSF. Según fuentes locales, más de 130.000 personas, casi todos civiles de la ciudad de Al Safira o de campos cercanos a los que MSF ha dado asistencia, han huido hacia el norte. “Llegan a zonas que ya están repletas de desplazados y donde un puñado de organizaciones humanitarias hacen frente a grandes necesidades”, añade Rodrigue.

En la ciudad de Manbij, voluntarios de la Media Luna Roja ya han registrado a casi 200.000 desplazados.

La capacidad de recepción está saturada. Las familias se aglomeran en edificios públicos, granjas… Los edificios en construcción sin puertas ni ventanas dan cobijo a hasta diez familias en un solo apartamento.

Otras familias se han instalado en un campo habilitado a marchas forzadas en un aparcamiento, con tan solo una letrina. Los que huyeron sin nada están ahora desamparados y tienen que afrontar el segundo invierno desde que empezó la guerra.

No solo los civiles son víctimas directas de los bombardeos, sino que se hallan con un acceso a la salud muy limitado, ya que los centros de salud del este de Alepo están siendo atacados. El pasado 21 de octubre, un barril con dinamita fue lanzado por un helicóptero en un hospital de campaña de la localidad de Blat y lo dejó fuera de servicio. El 10 de septiembre, un hospital de Bab El fue también bombardeado.

El ataque dejó once muertos y cinco heridos.

“La ONU, así como los países con influencia en el curso del conflicto, deben mostrar la misma determinación para resolver asuntos humanitarios urgentes que en el asunto de las armas químicas”, dice Mego Terzian, presidente de MSF en París, quien añade: “Es fundamental que los obstáculos políticos y administrativos para hacer llegar ayuda a las áreas no controladas por el Gobierno sean eliminados”.

MSF está luchando por ofrecer asistencia a la población que ha resultado herida y desplazada, pero también es urgente movilizar a otros actores humanitarios, porque la ayuda que se brinda a estas poblaciones que viven en condiciones precarias es muy poca.

200.000 desplazados en Siria tras los últimos bombardeos sobre civiles