jueves. 28.03.2024

Media legislatura atacando al PSOE por la herencia económica recibida y ahora tiene que agradecer que, al menos, no les dejaran impuestos ilegales como el suyo de la gasolina

Lo cuentan los diputados de la oposición. Corría el año 2010. Zapatero ya había dejado las políticas de izquierda tras la amenaza de Bruselas de intervenir el país. Antich se las veía y deseaba para frenar la deuda que generaba mantener los servicios públicos y la estructura de la CAIB. Un alto cargo del Govern planteó la implantación de impuestos ‘ecológicos’ (tema tabú en el PSIB tras la EcotasaExperience). “Pongamos el de la gasolina, president, lo tienen casi todas las comunidades y deja muchos millones”. Pero el conseller de Economía Carles Manera, que tenía sobre la mesa esa variante como opción, se negó. Un diputado actual que estaba en el Ejecutivo del pacte recuerda que “Carles decía que ese impuesto lo iba a tumbar Europa. Así que no lo implantamos”. “Si nosotros lo sabíamos, el PP, ese que nunca pone impuestos y que tanto sabe de economía, también cuando lo colocó”, resuelve con ironía. Añade cómo el vicepresidente Aguiló ya hablaba en 2011 de que no era prudente aplicar ese gravamen que meses después instauró.

Corre ahora el año 2014 y en la Conselleria de Hacienda no les duele reconocer en los pasillos que la decisión europea de declarar ilegal el impuesto del céntimo sanitario (que ni era céntimo, porque suponía casi cinco céntimos por litro, ni era sanitario, porque los ingresos van a una caja única y de allí se deriva a todo) es “un revés” que “podría ser peor” si en lugar de tener que devolver ocho meses (de mayo a diciembre de 2012), hubiera que hacer frente a un impuesto heredado de años, como en Cataluña sin ir más lejos. Llamativo el caso. Al final, el PP que ha puesto a Manera de ejemplo de la gestión del despilfarro, admite ahora con la boca pequeña que, en este asunto, fue un conseller precavido que evitó a la comunidad hacer frente a una indemnización mayor que los 36 millones que hoy se barajan (28 del Govern y ocho del Gobierno). Definitivamente, esta crisis económica ha puesto boca abajo a los partidos. La derecha ha puesto impuestos que la izquierda descartó.

Y mientras, Més se siente reforzada. La coalición econacionalista cree que la votación de los diputados del PP en el Congreso en contra de que se prohíban a las prospecciones petrolíferas (con la abstención del PSOE) les permite erigirse como la única fuerza que no entra en contradicciones en el polémico asunto del petróleo. Més no tiene diputados en el Parlamento, pero entiende como propias las reivindicaciones habituales de Compromís, como en esta ocasión. “Se escudan en que la letra pequeña de las propuestas, pero la realidad es que los diputados nacionales de los dos grandes partidos no levantan la voz en Madrid. Y la gente les sigue votando”.

La paradoja del PP: aplaudir a Manera