jueves. 28.03.2024

Las arcas de las instituciones no dan ya para los dispendios faraónicos tradicionales en año preelectoral. La única gran infraestructura sobre la mesa es la obra de la fachada marítima, que en breve tendrá financiación bancaria

 

El Govern fía la mejora de imagen en el último año de mandato a la rebaja fiscal (la nacional que se anunciará en breve y la autonómica que presentarán tras el verano) y a la ‘venta’ del discurso de la gestión económica solvente (“hemos gobernado los años más difíciles de la democracia y salimos vivos”, dice un alto cargo del Ejecutivo). En la situación paupérrima de las arcas públicas, con una CAIB que supera los 6.000 millones de deuda, sin ir más lejos, los principales dirigentes por población como Bauzá, Salom o Isern se las ven y desean para ingeniar golpes de efecto en periodo preelectoral.

No hace falta más que preguntar a los equipos de asesores de estos líderes mallorquines para saber que el tradicional camino de las obras emblemáticas es ahora un callejón. En el Consell de Mallorca apuestan por las carreteras para calmar quejas de “algunos alcaldes” de la Part Forana. La institución insular estudia también iniciativas de Medio Ambiente “aún por concretar”, deslizan en territorio Salom. El Govern y Cort van por otro lado: el Palacio de Congresos de Palma. La decisión está tomada, asumir lo que falta para terminarlo con dinero público, unos 30 millones de euros. ¿Cómo? Con un préstamo bancario con varias entidades, visto ya como evidente que la opción de un inversor privado solvente ha caído en desgracia en el enésimo intento de colocar la obra dejada a medias. “Si luego sale alguna oferta, perfecto, pero lo que está claro es que ya hemos presupuestado los cuarenta kilos para pagar lo que falta a Acciona en cinco años y que en breve se anunciará el cierre para los otros treinta que permitan terminar la obra. Acabaremos el Palacio de Congresos de Palma. Es nuestro compromiso y lo cumpliremos”, dicen en el equipo de confianza del president, que ha dejado en manos del conseller de Hacienda esa tarea. En la conselleria no confirman nada sobre el asunto porque el silencio hasta tenerlo todo atado es la forma de trabajar del ibicenco Marí, un hombre competente que en poco tiempo se ha revelado como uno de los grandes aciertos de Bauzá.

En el otro lado del río, los socialistas siguen el debate interno de las primarias. Los equipos de Armengol y Calvo calculan estos días sus opciones. “Todos creen que cada avalista podrá movilizar a dos votantes más”, dice uno de los ‘fontaneros’ de la calle Miracle. De momento, el entusiasmo socialista por sus innovadoras primarias no parece haber calado en el ciudadano medio. En el primer día para apuntarse, un puñado de personas se acercaron a la sede palmesana para pagar los dos euros y rellenar su formulario de inscripción. La página web daba errores durante las primeras horas. “El programa lo llevan desde Ferraz. Esperemos que lo de Internet no sea una señal”, bromeaban. Los equipos de campaña ya se han puesto en marcha; Armengol se hizo la foto con un centenar de avalistas, Calvo se hará la suya en el salón de actos de la ONCE el lunes. Los ‘calvistas’ presionan ya para que haya debates entre las candidatas. Lo más probable es que sea uno, la semana antes de las votaciones y en un auditorio abierto al público general y a los medios de comunicación. Mientras, en el PP observan el proceso sentados y con palomitas. La primera batalla, la de los avales, tuvo la vencedora esperada: Armengol. Preguntado por ese asunto, el vicepresidente Gómez dijo ser “respetuoso con los procesos de otros partidos”, aunque en el Govern sugieren en los pasillos que “Francina le cae bien”. El comentario llega después de que hace semanas el president Bauzá pusiese en el pleno del Parlament a Calvo como ejemplo de oposición. Opiniones desde el PP. Las que cuentan saldrán de los militantes y simpatizantes socialistas. Pero eso será justo dentro de un mes.

El Palacio de Congresos y poco más