jueves. 28.03.2024

Llega a las pantallas (de sus ordenadores) ‘Éxito Escolar, ¿lo cuálo?’, la última película del género broma-pesada de los productores de ‘El Informe Trepitja’, “Sé lo mismo que cualquier padre para ser consellera’ y ‘¡Qué gran musea es La MoMA!’

El president Bauzá tiene fama de frío y distante en el trato cercano. Yo sin embargo voy confirmando poco a poco que su sentido del humor no alcanza límites. De lo contrario no se entiende la presencia de Joana Maria Camps aún al frente de una conselleria. De Educación o de lo que sea. Lo de esta mujer es una oda constante a la parodia. Tomarse a broma la educación, el futuro de la comunidad, no parece apropiado, pero si el president lo hace manteniendo a Camps en el cargo, a los ciudadanos solo nos queda la sonrisa o el llanto. Opto por lo primero.

La última hazaña de la consellera ha ocurrido en el pleno del Parlament. Resulta que la oposición preguntaba por esos datos que revelan que se ha triplicado el absentismo escolar y la conflictividad en las aulas. Poca broma. Esta vez no lo dicen los docentes, esos adoctrinadores políticos de niños. Lo desvela el informe 2012-2013 del Instituto para la Convivencia y el Éxito Escolar, un órgano de la propia conselleria que sirve para pulsar los avances o retrocesos de la educación balear, es decir, es una especie de informe PISA del Govern. Bauzá se presentó en las elecciones con la máxima de que esta sería la legislatura de las autopistas de la educación. Lejos de serlo (la cifra revela que vamos a peor), nos ha regalado a una consellera que ni siquiera revisa las pocas estadísticas oficiales que analizan la situación de su área. Joana Maria Camps ha pedido a los diputados de Més que le digan de dónde salen esos datos (de su conselleria, señora Camps, mire su propia web) y que sean más “metódicos” y aporten “informes científicos”. ¡Ole, ole y ole!

En una comunidad que capitanea el fracaso escolar del país, es poco menos que una burla que la jefa del área no se mire el único informe anual propio que evalúa el trabajo que hacen en su conselleria. Pero aquí no pasa nada, el 'constructor de las autopistas de la educación' José Ramón Bauzá (de viaje por la Rusia más nacionalista de los últimos años) seguirá manteniendo a Camps para que Guillem Estarellas pueda continuar dirigiendo la conselleria desde la sombra y trabajando mucho en TILs y Leyes antilazos y poco en mediadores y profesores antiabsentismo y anticonfictividad. President, el formidable ‘fichaje’ de Camps (esa cuota menorquina que castiga a esa isla con tan nefasta representación), pareció una broma de mal gusto desde el primer día. Pero un año después empieza a resultar pesada.

En el mismo pleno del Parlament en el que Camps demostraba lo mucho que le importa cómo va la educación de nuestros infantes, otro conseller hizo apariciones fugaces. En la primera parte de la sesión no estuvo el responsable de Sanidad, Martí Sansaloni (que sigue perdiendo gente en su gabinete -ahora la jefa de prensa, “cansada de la presión de estos años”, cuentan en el partido-). Las preguntas al conseller quedan aplazadas una semana. ¿Dónde andaba? En otro pleno, el del Ayuntamiento de Petra, donde es concejal a la espera de algún día terminar como alcalde. Justifican en el PP que “la alcaldesa (PSM) le pone los plenos coincidiendo con el Parlament para que no pueda acudir. Y, claro, ya se ha cansado de aguantar”. Responden los econacionalistas en los pasillos de la cámara: “¿Qué es más importante para él? ¿Quedarse en su pueblo para levantar la mano como concejal de la oposición o venir a la institución más importante de las islas para contestar a las preguntas sobre la sanidad de todos los ciudadanos de Baleares? Parece que sus actos contestan esa pregunta”. Mientras, al PSOE le preocupa una cosa más. “Ha venido a las doce para sentarse dos minutos en su sillón. Ahora cobrará la dieta por asistencia a pleno (240 euros)".

La parodia que no cesa