sábado. 20.04.2024

Pilar Castro se vio obligada a cambiar a su hija de Centro Escolar tras muchos años sufriendo las burlas e insultos de los compañeros

Asegura que en Madre Alberta nunca existió verdadero interés por parte de la dirección en resolver lo que estaba sucediendo

Cuando Pilar Castro decidió llevar a su hija a Madre Alberta lo hizo confiando en el nivel académico del Centro, y asesorada por familiares que habían cursado allí la EGB. Hoy, cuando echa la vista atrás, admite que no volvería a hacerlo. Su hija, de origen indio, tuvo que sufrir durante años el 'acoso' y el 'racismo' de algunos compañeros de clase ante la 'pasividad', dice ella, de la dirección del Centro.

Asegura Pilar que el primer episodio lo vivió cuando la menor apenas había cumplido los cuatro años. Una mañana, durante el recreo, fue rodeada por otros pequeños al grito de 'muérete negra'. Algo que ella supo gracias a la tutora de su hija, y que, lejos de ser un pasaje aislado, se iría repitiendo durante toda la trayectoria escolar de la niña, cada vez con mayor intensidad.

Aunque la menor tenía sus amigas y en general un buen trato con la mayoría de alumnos, Pilar lamenta que nunca se actuara desde el Centro para llamar al orden a los 'tres o cuatro niños' que le hacían la vida imposible. 'Jamás conseguí llegar a hablar con la directora, aunque lo intenté muchas veces', subraya esta madre, denunciando así la 'falta de sensibilidad' hacia un caso tan delicado como el suyo.

Hace un par de años, Pilar pudo comprobar los correos electrónicos que recibía su hija, y decidió poner punto y final a la situación. 'Ella es muy hierática, pero obviamente ha sufrido durante años el racismo de sus compañeros, que le hacían sentirse inferior por el hecho de tener un color de piel diferente', destaca Pilar, psicóloga de profesión.

Tras frustrados intentos de que mediase el Instituto para la Convivencia, y vista la indiferencia que su situación suscitaba, se presentó una denuncia ante la conselleria de Educación, al tiempo que se cambiaba a la niña de centro escolar. 'Se acabaron los insultos', destaca Pilar Castro, admitiendo que 'debería haber actuado antes' .

El reciente fallecimiento de una joven estudiante de Madre Alberta ha provocado que tanto Pilar como su hija reabran las heridas de lo vivido y sufrido durante su etapa en el centro escolar de Son Rapinya. Aquella muerte, relacionada en un principio con el bullying, no ha sido finalmente resuelta, al no encontrar la Policía elementos suficientes para considerarlo como un caso de racismo o acoso escolar. En cualquier caso, Pilar Castro insiste en la tarea de vigilancia 'extrema' que deben llevar a cabo padres y madres frente a las situaciones 'crueles' de 'racismo y acoso escolar' que se pueden producir en el entorno escolar. 'Más aún -concluye- si desde el Centro se prefiere mirar a otro lado en lugar de arrancar el problema de raíz'.

'Mi hija fue víctima de racismo y de acoso en el colegio'