jueves. 28.03.2024

El equipo de Armengol calcula que mantiene la ventaja porque acumula más inscritos afines que Calvo. Los partidarios de Aina responden que para ellos ya es un éxito romper las previsiones más optimistas de participantes. Las candidatas se mantienen al margen del debate de números, pero coinciden en que la abstención o el voto oculto podrían decantar la balanza.

Se han superado las expectativas y eso abre un abanico de opciones. En eso ambas candidatas están de acuerdo. En eso y en que “la alta participación refuerza la imagen social del partido”. La lógica dice que las candidatas no iban desencaminadas cuando calculaban que habría seis mil ciudadanos apuntados. Seis mil sí, ¡pero por cada aspirante! La suma da los doce mil que ahora se han anunciado y que se añaden a los militantes. La siguiente pregunta es previsible: ¿cuántos de esos cerca de quince mil electores convocados el próximo domingo son de una o de la otra? El equipo de Armengol se atribuye la mayoría. Barones históricos del partido le dan la razón. “Mayoría, sí, pero no es una mayoría tan holgada como para no temer una sorpresa”.

Los cálculos que se manejan en la sede del partido (la cifra real no ha sido revelada por ninguna de las candidaturas oficialmente) se mueven en menos de dos mil indecisos -grupo formado fundamentalmente por los pocos que se apuntaron por internet y el millar de militantes que no avaló a ninguna de las dos candidatas-, algo más de siete mil armengolistas y unos cinco mil calvistas. En el equipo de Calvo contestan que no se han parado a hacer números porque “los escenarios que se abren con tanta gente son demasiados”.

La mayor preocupación de la secretaria general del PSIB en este principio de la semana decisiva es la participación el día de las urnas. Su campaña contempla que una abstención elevada podría cambiar la ventaja que ahora tienen y abriría la opción de que la balanza se decantase hacia Calvo. Esta es la teoría de los que consideran que los ciudadanos inscritos por la ex alcaldesa de Palma están más movilizados porque les motiva la idea de liderar un cambio de caras en el partido, es decir, que ellos irían todos, mientras los de la ex presidenta del Consell de Mallorca podrían perderse en el camino por haberse apuntado para quedar bien con la dirección.

Frente a esa hipótesis está la de un destacado dirigente socialista: “ese análisis es un error que solo pensaría alguien que no conoce realmente cómo funciona un partido. Los votantes de Armengol están en muchos pueblos, es más fácil recordarles el mismo domingo uno por uno que no han ido a votar. En Palma muchas veces no se sabe ni cómo se llama el votante. No te equivoques. La abstención también beneficia a Francina”. En el ‘autobús electoral’ de Calvo creen que, “con tanta participación ciudadana, se abre un escenario inédito en el que todo es posible”. Añaden, por tanto, una alternativa más al juego de las hipótesis: el voto oculto. “Tal vez sea más importante que la abstención porque la gente que ha pagado dos euros por venir a votar, probablemente lo haga, en los pueblos o en Palma, pero nadie sabe lo que pondrán al final en el sobre”.

El cruce de hipótesis en ambas candidaturas revela el nerviosismo de estos días previos y la sensación de que nada está completamente ganado o completamente perdido. Mientras resolvemos la duda, son ya muchos los que se alegran de que la precampaña del último mes se haya desarrollado sin apenas enfrentamientos entre ambas candidaturas, salvo algún “episodio aislado en las redes sociales, donde hay locos de todos los bandos, pero hemos tenido la suerte de que cuando uno ha dado, el otro ha callado, y al revés igual”. En buena medida, ese tono comedido lo han marcado las dos candidatas en sus apariciones públicas.

Los debates marcarán la convivencia postprimarias del partido. Ahora quedan los debates (uno organizado por el partido en Lloseta el miércoles y otros tres en medios de comunicación el jueves y el viernes). Un senador socialista se muestra “convencido de que serán sosegados” y cada una “presentará sus propuestas sin que la bronca termine con un partido dividido cuando pasen las primarias”. “Es el riesgo que se corre”, comentan desde la dirección nacional en la calle Ferraz, “que lo que has ganado al movilizar a tanta gente para el proceso (el de Baleares ha sido más exitoso proporcionalmente que las ensalzadas primarias valencianas) lo pierdas después por enfrentamientos personales”. Sobre este asunto del tiempo postprimarias, ya dijimos aquí que ambas candidatas se muestran dispuestas a tender puentes a los rivales cuando les ganen (eso en política se llama, generalmente, reservar cuota de cargos). Ahora bien, en eso también vuelan las acusaciones estos días. En la sede regional de la calle Miracle recuerdan que “Francina metió a gente díscola en su ejecutiva (balear), pero Aina no puso a nadie que no fuera afín en la suya (Palma). Las palabras son muy bonitas y quedan muy bien, pero los hechos demuestran quién es conciliadora y quién no”. Los de Calvo responden que en su ejecutiva “no entraron más cargos no afines porque ya estaban algunos como miembros natos. Gente de Armengol que representa a agrupaciones, aparato regional, juventudes,… Cuentan las cosas a medias. Además, pueden ser útiles al partido sin estar en la ejecutiva. Volvemos a la diferencia entre los que creemos en una forma distinta de hacer política. Menos aparato y más calle”.

La batalla sigue. Veremos si solo hasta el domingo.

Armengol y Calvo, contienda igualada