jueves. 28.03.2024

Lo nunca visto. Por mucho esperpento que vivamos en el Real Mallorca, siempre hay un capítulo que va a superar al anterior. Siempre. Y sí, este martes lo han vuelto a hacer.

El Consejo de Administración, programado tres días después del último partido disputado para tratar la destitución de Lluis Carreras, que suma 3 de los últimos 24 puntos, ha tenido que comenzar con más de una hora de retraso, después de comprobar que no existía el quorum necesario para su celebración. Sólo Blum y Martorell se han presentado en las oficinas de Son Moix. Con Classen en el extranjero y Serra oficialmente enfermo, se ha recurrido a Pedro Terrasa para que su presencia hiciera posible el Consejo.

El segundo máximo accionista se ha reconocido 'superado' por los acontecimientos: 'Si hay una sindicación entre Cerdà y Serra debería resultar suficiente, se suponía que era ese pacto el que debía aportar estabilidad al club', ha subrayado el ex Director General, quien se encontraba 'lejos de Palma' cuando se ha reclamado su presencia.

Mientras, en Son Bibiloni, Lluis Carreras dirige la que debería ser la última sesión preparatoria. Con el desastroso bagaje que han dejado sus doce jornadas, el ex futbolista catalán ha convertido un ascenso frustrado en un descenso casi inevitable, que se podría consumar de forma matemática incluso antes de llegar a Córdoba, en la última jornada del Campeonato.

El ridículo al que se somete a la entidad, por tanto, no tiene fin. Es un bucle constante que sonroja a los mallorquinistas, y deja en evidencia que Lorenzo Serra Ferrer es el elemento más nocivo que ha pasado por el club en toda su historia. Tan perjudicial que hoy una institución centenaria parece estar más cerca de la desaparición que de la celebración de su centenario, que iba a tener lugar en 2016. Resultará complicado. Gracias, Serra Ferrer.

El esperpento infinito: la falta de quorum retrasa el Consejo