viernes. 29.03.2024

PP y PSOE coinciden en que su rival en 2015 seguirá siendo el otro ‘grande’. Dos consellers creen que el futuro traerá un gobierno en minoría frente a una oposición inconciliable. El detalle de datos electorales revela en Palma que, entre los que votaron al PP en 2009 y no lo han hecho en 2014, uno de cada cuatro no se ha quedado en casa; ha votado a otros. Bauzá modera su hoja de ruta: mediar en el convenio de hostelería, bajar impuestos, hablar con los docentes.

Si alguno de ustedes piensa que los pequeños partidos centran la preocupación de PP y PSIB, va desencaminado. Ni el PP que tanto alerta a sus bases de “la amenaza de la nueva izquierda radical”, ni el PSOE que tanto lamenta “la fragmentación de la izquierda socialista”. Es cierto que ambos tienen un ojo puesto a la asamblea de los próximos días de Podemos (para ver que cúpula se monta y saber si hay más o menos opciones de que terminen pactando con IU en las autonómicas y evitando así que sus miles de votos vayan a la basura al no alcanzar el 5% al Parlament). Pero no es menos cierto que populares y socialistas manejan ya un escenario desolador en el que el tuerto sería el rey del país de los ciegos. “No te equivoques. Vamos hacia un reparto del voto sin precedentes. Lo importante es recuperar el máximo posible de nuestro electorado y ser la fuerza más votada”, dicen dos consellers cinco minutos después de abandonar una reunión con Bauzá en la sede del partido, “luego todo será ingobernable con coaliciones y gobernará en minoría el que más votos tenga. El rival sigue siendo más que nunca el PSOE, que está hundido". En la calle Miracle, un poco más de lo mismo. Un alto cargo socialista visualiza un panorama similar, pero más favorable a sus intereses. “Bauzá no recuperaría los veinte puntos que ha perdido ni en tres vidas. El problema es que necesitamos un golpe de efecto nacional o estaremos en nuestro ‘suelo’ en vez de ser alternativa”. Observa una fotografía de Xisco Antich y añade con cierta desazón: “con la suerte que tenemos, seguro que ahora le incompatibilizan (a Bauzá, el TSJ), cambian de president y perdemos esa baza”. Irónico: los que denunciaron al president hace un año (PSOE y Més) son los primeros que ahora piensan que José Ramón Bauzá es su mejor cartel electoral.

 

Uno de los argumentos más esgrimidos por la dirección popular, a pocas horas de la reunión de autoflagelación de la junta directiva este martes, es que “al PSOE se le han ido los votantes a otros partidos; a nosotros solo se nos han quedado en casa, si hacemos más calle, si el president pisa más los pueblos y no se obceca en gestionar y gestionar desde el Consolat, podemos movilizarles de nuevo”. Pero no queda tan claro viendo los datos que maneja el partido en Palma, los únicos que (en contraposición a los directivos mallorquines que hablan de cómo Ruíz Mateos sacó un escaño europeo en su día) sí están haciendo un análisis desacomplejado de los resultados (Isern admitiendo que el cabeza de institución siempre es parte del problema; Rodríguez mandando a los suyos a estudiar lo ocurrido mesa por mesa; un concejal lo sintetiza: “hemos diseccionado los resultados… nos han dado un hostión de campeonato”). Uno de cada cuatro votantes que en 2009 les apoyó y ahora no lo ha hecho sí fue a votar el domingo 25 y lo hizo a otras formaciones como UPyD, Ciutadans y Vox. Eso de que los votantes del PP se han quedado en casa es, por tanto, una verdad a medias. De ahí que el president azuce el miedo a la izquierda radical si no hay voto útil. En fin. De nuevo les queda el consuelo de que “al PSOE se les han ido todos”. Quizá el PP se equivoca en un análisis de Podemos como partido que le ha ‘robado’ electores a PSOE e IU y en ausencia de Més. Podemos, amigos, ha creado votantes. Es decir, que no necesariamente buena parte de los 27.000 de estos comicios se van a volver a los partidos tradicionales dentro de un año, como esperan incluso en las formaciones citadas. 

El caso es que el Partido Popular va a trabajar la forma y el fondo durante el año que queda hasta las elecciones. Ya dijimos que el president contempla sentarse con la comunidad educativa si el curso se inicia con los problemas del pasado. Pues bien, no han pasado dos días y ya ha tenido un encuentro fortuito con un portavoz de la Asamblea de Docentes. Casualidad, probablemente, pero observen la reacción de Bauzá: dialogar con él durante un buen rato aunque fuera para insistir en que no piensa doblegarse. Las formas también se cuidarán con los símbolos y otros asuntos polémicos (aunque el Govern desvincule los resultados de sus políticas no económicas, son muchos los que le dan vueltas a la coincidencia de que la caída flagrante en feudos como Palma, Calvià y Marratxí no se haya visto en Campos y Sa Pobla, donde las juntas locales ‘díscolas’ han salvado los muebles. Y a la forma, súmenle el fondo. El mismo president que lleva semanas rechazando mediar en el convenio de hostelería, como pide la socialista Francina Armengol cada martes en el pleno, ya ha empezado a deslizar a través de sus consellers que usará su influencia desde el tribunal de arbitraje, TAMIB, si la negociación se enquista. Por cierto, mención aparte el malestar del Consolat con Aurelio Vázquez. El presidente de los hoteleros y hombre fuerte en la nueva CAEB se ha pasado de frenada soliviantando a las masas con su propuesta de reducción salarial de hasta el 20%. Bauzá siempre ha visto al hombre de Fluixà como un aliado, como alguien más a la derecha que él mismo, pero ahora les ha perjudicado. “La línea del Govern es pedir que los beneficios se empiecen a repartir mínimamente con la mano de obra. Aurelio ha irrumpido con demasiada prisa por moverlo todo, y así no moverá nada”, lamentan en Economía.

¡Sorpresa! Los grandes partidos no aprenden